jueves, 30 de abril de 2009

Reunión de pastores y un autorretrato cervantino

Dibujo de Gerardo Trives

CAPÍTULO LI (primera parte)

No fueron necesarios muchos ruegos para que el cabrero se sentara con el grupo a comer. Las carreras que la cabra Manchada, líder del rebaño, le había hecho dar en su búsqueda le habían despertado el apetito. Bien acomodados ambos, ya sosegados del sofocón, se dispone el cabrero a contar el cuento que acredita “que los montes crían letrados y las cabañas de los pastores filósofos” como había afirmado el cura y,”hombres escarmentados” como él había remachado.

A no más de tres leguas de donde se encuentran había un rico labrador viudo, cuya honradez no le iba a la zaga a la riqueza. La belleza que su hija Leandra atesoraba, trascendía el ámbito local y social; hasta la misma Corte habían llegado noticias de tanta hermosura.

Como era de suponer, los pretendientes hacían cola a la puerta del labrador rico. Entre ellos estaban Anselmo y el que esto cuenta, Eugenio. Los dos, paisanos y de familias que en nada desmerecían a la de la joven. Como no había forma de que la balanza se desequilibrara en ningún sentido, dejó el padre que fuera Leandra la que decidiera a qué carta quedarse. Quiso la mala suerte que la joven decidiera la miseria de ambos, al marcharse con un tal Vicente de la Rosa que se había enrolado en los tercios a la tierna edad de doce años, de vuelta tras haber estado sirviendo durante otros tantos. Se las arreglaba para engañar a los incautos con el “guisado” que hacía de sus tres llamativos uniformes, a todos menos a los labradores que bien saben que: “No es oro …”

Embobados dejaba a los aldeanos, que hacían corro para escuchar los países que había visitado y cómo, de tanta despoblación que había causado con su espada, se hacía necesaria una nueva repoblación de moros españoles. Enseñaba a sus paisanos heridas invisibles de los arcabuzazos recibidos. Mostraba tal arrogancia en su porte y expresión, que hablaba de tú a los iguales; ni al rey debía nada. Cantautor sin sustancia, pero que con el oportuno marketing, - hacía hasta veinte copias de sus temas - , no le faltaba el éxito.

Nada es de extrañar pues, que la joven, inexperta Leandra cayera rendida a sus pies sin ni siquiera solicitud previa; teniendo en esta empresa más éxito que en ninguna de las que él se auto atribuía.

A los tres días de ausentarse ambos de la aldea apareció ella medio desnuda en una cueva, desvalijada y con el honor intacto, lo cual admiró a todos y sirvió de consuelo al padre “pues le habían dejado a su hija con la joya que, si una vez se pierde, no deja esperanza de que jamás se cobre.” Inmediatamente después la internó en un convento local para que el tiempo borrara la mala fama creada. La gente atribuyó a su desenvoltura y a la natural inclinación de las mujeres, que, por la mayor parte, suele ser desatinada y mal compuesta.”

Como consecuencia de la profunda decepción que sufrieron porque la luz de sus ojos languideciese en un monasterio, Anselmo y Eugenio deciden dedicarse al pastoreo de ovino y caprino “dando vado (aliviando) a nuestras pasiones.” Añorando o despotricando de Leandra. Otros muchos pretendientes de la joven los imitaron, llenando el paraje de atajos de ovejas y cabras, pastores y cabreros celebrando su hermosura o vituperando y maldiciendo su condición.

Mientras Anselmo con su rabel, sólo se queja de ausencia, Eugenio prefiere echar pestes de la ligereza, inconstancia y doblez de las mujeres. Esta fue la razón por la que él hablara a Manchada de la forma que todos oyeron. Para resarcir a todos los oyentes del tiempo empleado en escucharle, les invita a seguir comiendo y bebiendo en su majada cercana.

En la descripción del soldado veterano de los Tercios, no por edad sino por permanencia en los mismos, subyacen datos autobiográficos del autor. Se refleja el indudable atractivo que para los lugareños debían de tener aquellos soldados que habían visto mucho mundo. Narradores de batallas y victorias que llenaban de orgullo al español en una época que España era la primera potencia militar. Completamente distinto de los veteranos, mutilados de la guerra de Cuba, que narraban derrotas y enfermedades la mayoría de las veces, como aquellas narraciones plenas de amargura, que escuchábamos de niño de uno de ellos.

Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma.

miércoles, 29 de abril de 2009

Día del Libro en EPA Béjar. Luis Felipe Comendador


Texto íntegro de la presentación

No creo que sea necesaria una presentación de LFC en su propia ciudad. Cuando previamente he preguntado por él en las clases era un personaje conocido entre los estudiantes de Béjar. Cosa bien distinta sería conocer su obra. Algunos sabían que era poeta, pero casi todos reconocían no haber leído nunca un poema o algo escrito por él. Cosa nada extraña, pues la poesía era una disciplina ajena a sus intereses, casi a la práctica totalidad de ellos. Por lo tanto, más que una presentación lo que yo debería hacer aquí es saludar al escritor y poeta más representativo de Béjar, considerado y querido por la profesión a nivel nacional y uno de los blogueros mejores y más activos que conozco. Con un saludo de bienvenida a este CEPA “Mateo Hernández” le recibimos en este pequeño acto de conmemoración del día del libro, una semana después del día que coincide con la muerte de Cervantes y de W. Shakespeare.

Tampoco me considero el más apropiado para saludar a un poeta, cuando lo mínimo exigible debería haber sido estar empapado de su poesía. Tarea nada fácil pues ya se puede considerar obra dilatada, por ambas cosas: por ser prolija y continuada en el tiempo. Poeta que ha puesto su trinchera en la ciudad donde están sus raíces; ciudad inclinada y volcada a un río que honra a la humanidad hasta en el nombre ("Cuerpo de Hombre"). Ciudad de límites, donde quiebra el frío mesetario y se abre a las bondades de las lluvias abundantes de la sierra y a la calidez y luz de las tierras extremeñas.

Lo que a ciencia cierta sabemos de él es la dedicación full time a su imprenta AGH que dirige. A ella le tiene que dedicar lo mejor de sus energías y la mayor parte de las horas del día, muy a su pesar: estaría encantado de dedicarlas a lo que realmente le atrae que es escribir. Más en los tiempos que corren de demoras de pagos que provocan dolores de cabeza en los gestores y pequeños empresarios.

Diariamente vuelca sus sentimientos en su blog: http://www.diariodeunsavonarola.blogspot.com/ Aquí nos llega desde un presente reconocible, el devenir cotidiano, puro y verdadero de esta ciudad, además de un poeta que se ajabarda en su guarida de soledad y sosiego necesarios para la creación literaria. De su Savonarola podemos extraer en tiempo real una muestra de su poesía, prosa y dibujo.

Poeta tan egoísta que sólo piensa en los demás en: http://sbqsolidario.blogspot.com/

Dedicado en cuerpo y alma a la organización del encuentro de escritores Voces del Extremo los días 3,4,5 de Julio en Béjar, donde, gracias a su gestión, podremos ver juntos a unos sesenta autores procedentes de todos los rincones de la geografía nacional y la actuación de algún cantautor emergente: http://vocesdelextremo.blogspot.com/

Poeta que se declara influenciado por la tradición Conceptista del Barroco español representado por Quevedo, con sus descargas semánticas de gran intensidad. Igualmente, por el uso de locuciones y metáforas plenas de simbología religiosa. Como cuando Paco Ibáñez cantaba aquellos bellos versos de Cesar Vallejo: Amada, en esta noche tú te has crucificado/ sobre los dos maderos curvados de mi beso.

Encontramos multitud de ejemplos en su producción:

Comulgue por un día amigo, que no le vendrá mal.

El mayor escándalo de la existencia de Dios es la justa existencia del diablo.

Si Dios existe o no, quizás no venga a cuento.

Las parras del Señor dan uvas amargas.

Este libro es la hostia.

Posos de religiosidad, hecha por él irreverente, que respiró en el patio de los salesianos de Béjar. Nacido en el franquismo, inmediatamente antes de los años del desarrollismo y los Seat 600. No conocimos el hambre de los años duros de posguerra, que nuestros padres nos contaban. Niñez marcada por la férrea educación salesiana, desaparecidos ya de Béjar como otras muchas cosas, fábricas, gentes, cines e ilusiones de esta pequeña ciudad en cuesta.

Vivió los años de la Transición estudiando en Salamanca. Tiempos de pelos largos, barbas y pantalones de campana. Años de Tlaloc, presentación de Makbara con Juan Goytisolo en el Juan del Encina y conferencia de Dámaso Alonso. Época de los míticos conciertos, con La Alamedilla a rebosar, de Paco Ibáñez, Lluis Llach y un Luis Pastor mucho más joven, que han quedado en la memoria de los que los vivimos, por irrepetibles. Las manifestaciones por la amnistía y la libertad con las carreras y palos de los grises. Los mítines en La Glorieta de las primeras elecciones democráticas…

Su poesía denota un dominio de la normativa no muy frecuente en poetas más jóvenes. Defensor de la heterodoxia y trasgresión poética sólo cuando se hayan dominado los cuartetos y tercetos abundantes en rimas consonantes, necesarias para conformar sonetos.

“Mis monedas, arrojadas sobre su vestido, se convierten en sapos que saltan sobre su cara sin sobresaltarla. – Afirma-.

Inventor de anécdotas imposibles en Formol con Habana 7. A veces verdaderamente hilarantes con Pepe Hierro de protagonista: “Tápame bien chaval, no quiero salir en los papeles amarillos enseñando la chorra”.

Poeta maduro, ya considerado viejo por los jóvenes al dormir en pijama.

Capaz de empapelar la estatua de Zenobia en la plaza de Moguer, llamar a los de Seur para que se la lleven y provocar un incidente diplomático de envergadura además de la ira de los paisanos.

Merecedor de unos versos del maestro Ángel González, que nos dejó hace poco más de un año, con los que Luis Felipe no estará de acuerdo.

Joven poeta de cuarenta años,

¿Último lujo de la geriatría?

No, retrasado mental, sencillamente.

En fin, que para sólo un saludo de bienvenida me estoy alargando más de lo aconsejable. Simplemente, gracias por venir de toda la comunidad docente – discente del centro al poeta que es capaz de decir que: Definir al hombre es vaciarle de adjetivos y mirar con lupa sus muñones”.

Celestino Miguel del Corral

lunes, 27 de abril de 2009

Habla popular de Lumbrales (3)




Acarreando
Foto tomada de:Aquí
 

CARACTERÍSTICAS DEL HABLA POPULAR DE LUMBRALES 

Conservación del artículo determinado delante de los adjetivos posesivos, como en el castellano antiguo: El mi gato, la mi vaca, la mi madre. También ante los nombres propios: la Mari, el Paco. Es curioso cómo delante del femenino, la utilización es masiva y menos frecuente con el masculino. 

Se suelen poner los pronombres me y te delante de se: Me se perdió la cartera. 

Mantenimiento del grupo consonántico mb en algunas palabras como: lamber, lamberón, lambuzo, columbio, embelga, embuelza, lombo. El castellano evolucionó a m como en lamer, lomo. El dialecto histórico leonés mantuvo las dos consonantes procedentes del latín. 


Acarrar: Modo de apiñarse las ovejas en las horas de más calor. Se colocan en grupos y esconden las cabezas entre los cuerpos de las demás para que no les pique la mosca. “Dejó el atajito acarrao en la colá y se fue a la era a ayudar en las faenas.” 
DRAE 2. prnl. León, Sal. y Zam. Dicho del ganado lanar: amodorrarse.  
DCT: Mismo significado. También: amurrarse, amarizarse, arrearse, arregucirse, amodorrarse. 
BDE: Hacia 1770. Origen desconocido. En portugués es más antiguo (s. XV) y de sentido más general “amodorrarse”, quedarse inmóvil. 

Acarrea: Se aplica principalmente al transporte de las mieses desde las tierras hasta la era, primero con carros y después con tractores y remolques. Era costumbre que el primer viaje estuviera en la era antes de amanecer, con lo cual a veces el carro quedaba cargado del día anterior. La gente dormía en las tierras al raso. Aquello si era trabajar y no lo que se hace ahora en los trabajos del campo con tanta maquinaria. 
No está en el DRAE 
DCT: Mismo significado. 

Acederas: Planta de hojas comestibles muy ácidas. Dar acederas es dar ganas de hacer algo normalmente en contra de alguien, pero que no se hace por alguna poderosa razón. 
DRAE: 1. f. Planta perenne de la familia de las Poligonáceas, con el tallo fistuloso y derecho, hojas alternas y envainadoras, y flores pequeñas y verdosas dispuestas en verticilos. Se emplea como condimento por su sabor ácido, debido al oxalato potásico que contiene. 
DCT: Planta comestible, ácida, de cuyo tallo se hacen las escobas. 

Acezar: Respirar con dificultad debido a un gran esfuerzo o por enfermedad. 
DRAE: 1. intr. Jadear  
DCT: Mismo significado 
BDE: Jadear. America y León. Hacia 1495. Alteración o variante del latín : Oscitare: bostezar, abrir la boca, echar el aliento. 

Acezo, acecío: Respiración dificultosa como consecuencia de la fiebre o de un gran esfuerzo. “La encuentro mejorada, pero ese acezo que tiene no me gusta nada.” 
DRAE: 1. m. Acción y efecto de acezar. 
DCT: Mismo significado 
BDE: Aparece hacia 1495. 

Achanclar: Vadear un río o arroyo a pie. Pisar charcos o barro. También cruzar un charco por la mitad,  mojándose. “Achanclábamos el arroyo por debajo del puente.” 
No está en el DRAE 
No está en el DCT 

Achicharrao: Asfixiado, asado por el calor, sobre todo referido a comidas. “Se te ha achiarrao el guiso”. 
DRAE y DCT: Achicharrar: Calentar demasiado. 

Achiperres: 1.- Trastos viejos. Utensilios de poco valor. 2.- Todos los utensilios usados para una determinada tarea. “Trae todos los achiperres de aguadañar.” 
No está en el DRAE 
DCT: Objetos, trebejos de algún oficio. 

Aciburrio: Patatús, vahído, ataque cerebral o al corazón. “Le dio un aciburrio y tardó un buen rato en volver en sí”. 
No está en el DRAE 
DCT: Desmayo, soponcio. 

Aciguar: Sosegarse y centrarse antes de una acción que requiere tino, tener destreza para algo; atinar, dar en el clavo. "Con las prisas, no aciguo a enhebrar la aguja". 
No está en el DRAE 
No está en el DCT. 


Abreviaturas utilizadas: 
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española. 
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional. 
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Corominas. 


domingo, 26 de abril de 2009

Detrás del banquillo

Si la jornada pasada nos mostrábamos contrariados por la poca fortuna de nuestros delanteros cara a puerta, hoy la contrariedad se tendría que referir a la total ausencia de oportunidades. Ausencia que en esta ocasión se debió al buen planteamiento que del partido realizó el equipo ilicitano. El ex jugador de la Unión, Claudio Barragán, ahora entrenador del Elche, supo leer el partido excelentemente desde el principio con un férreo marcaje de nuestros hombres claves. Con un equipo aguerrido, fuerte en la presión y disciplinado nos ha dejado muy pocas oportunidades de llegar arriba. Añadiendo a todo ello que se encontraron con un gol tempranero que les favoreció en su estrategia, podremos encontrar las claves de un partido bronco, trabado y poco atractivo para el espectador.

Que el fútbol sea impredecible es seguramente la causa por la cual tenga tantos seguidores en todo el mundo. Cuando ya todos dábamos el partido por perdido: se estaban jugando los minutos de descuento, apareció la genialidad del viejo rockero. El delantero, Azcorra, le cede el balón de cabeza a Quique Martín, que viendo al cancerbero forastero un tanto adelantado, le lanza un balón bombeado que se le cuela allí donde salen las telarañas, haciendo inútil su retroceso por evitarlo.

En fin, un empate a uno que nos aleja un poco más de las esperanza de ascender. Si antes estaba difícil, con este resultado el asunto se complica un poco más si cabe. ¡Hala Unión!

sábado, 25 de abril de 2009

Pasajes de Balde

 
















Al tiempo que los USA nos declaraban la guerra, tras la explosión del Maine, y quedarse con Puerto Rico, Filipinas y Cuba, desde Brasil se ofrecían pasajes gratuitos.   


 





















Esta crisis, que parece sentirse cómoda entre nosotros, nos ha acercado estos anuncios de prensa de hace 111 años.


jueves, 23 de abril de 2009

Del lago hirviente a un escarbadientes y la cabra Manchada

Ilustración de la edición de Joaquín Ibarra, 1780

CAPÍTULO L

DQ disiente de la opinión del canónigo de que los Libros de Caballería sean disparatados y faltos a la verdad. Tienen licencia real, han sido aprobados por las autoridades competentes y son leídos y celebrados por gentes de toda condición. Remata el hidalgo afirmando que tanta gente notable no puede estar equivocada a la vez. Un tanto enfadado, le pide al clérigo que antes de criticar lea los libros – no olvidemos que él mismo ha afirmado que no ha terminado ninguno - . Le viene a decir que no tiene derecho a criticar sin antes haber leído las obras que tanto detesta y critica.

A continuación DQ echa mano de toda su capacidad oratoria y con unas largas, retóricas y ampulosas interrogaciones que son capaces de dejarnos sin respiración a los lectores, se pregunta si puede haber mayor compensación y satisfacción que la del caballero que se lanza a un lago de pez hirviente, lleno de animales espantables; por debajo de la negrura obtiene como recompensa el goce de un campo que para sí quisiera el mismo Eliseo, el parisino. Un Locus Amoenus cuyos campos están floridos; los árboles, florida floresta; los pajarillos, pintados e infinitos; los arroyos, de agua fresca; las fuentes, de mármol y jaspe; las casas blancas, adornadas de conchas y cristal esmeralda; el castillo, de murallas de oro macizo: las almenas , de diamantes… En fin, que las riveras del Arlanzón se quedan pequeñas ante la belleza que se ofrece al caballero que se arriesgó a lanzarse a las “negreruras” sin reparar en peligros.

Cuando ya andábamos los “leyentes” en el más allá de tanto lujo y belleza, de un repentino e inesperado tirón nos pone los pies en el suelo de los mortales al “quedarse el caballero recostado sobre la silla, y quizá mondándose los dientes, como es costumbre” dejándonos con la miel en los labios, rodeados de doncellas deseosas de servirte a la menor orden y más leve insinuación: no sólo de árboles, fuentes y arroyos de aguas cristalinas va a vivir el Caballero Andante.

Le repite DQ, al prelado de alto rango, que lea los libros que critica para desterrar la melancolía y mejorar la salud si sufre achaques. Aunque él se encuentre metido en una jaula por loco; a poco que el cielo le ayude y no le sea esquiva la fortuna podrá ser emperador para ofrecerle a su escudero el condado que le tiene prometido. DQ aduce que los pobres tienen pocas posibilidades de mostrar gratitud; el agradecimiento sin obras vale de poco. Qué S se nos muestra aquí en esta sentencia el hidalgo. Qué razón tiene, pero qué materialista suena así tan crudamente enunciado.

S, con las antenas puestas, al oír que su amo duda de su capacidad para gobernar le dice que no se preocupe. Ya se encargará él de alquilar a alguien que lo haga. Mientras tanto él, a vivir de las rentas (clara referencia a los reyes que delegaban las cuestiones de estado en sus validos). A la sugerencia del canónigo de que para administrar justicia no sirve su escapatoria; ha de ser el Señor en primera persona quien la administre, siempre con el sentido común como referencia, le responde S que él no se considera menos que nadie: si alguien es capaz de gobernar, él también lo será.

El Canónigo se queda pasmado por la locura y necedad de ambos. En este momento aparecen los criados con la acémila del repuesto, sirviendo de transición para lo que va a suceder. Extienden un berrendo y comen todos a la sombra de unos árboles. El agradable sonido de una esquila de la cabra Manchada y la curiosa manera de hablarle el cabrero, como si fuera una persona, les priva de la siesta que todos estaban deseando después del paso lento, a ritmo de buey, del camino. A todos menos a S, que celoso porque vinieran un cabrero y su cabra guía a restarle protagonismo, se retira a seguir comiendo, echarse una buena siesta y a rumiar las buenas nuevas que le ha prometido su amo.

Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma.

miércoles, 22 de abril de 2009

Remedios (2)

El Adelanto (1910)


Hace cien años ya se hacían llamamientos a la sobriedad. Milagroso se nos muestra en estos anuncios este polvo coza. Sin embargo, hay quien considera que le ponen nervioso los que se declaran abstemios totales.

El Adelanto (1910)

lunes, 20 de abril de 2009

Apuntes de un turista en Túnez (1)


Desde la agencia de viajes nos habían pedido; a mis dos hijos, mi mujer y yo, que estuviéramos con cuatro horas de antelación en Barajas. Obedientes a los consejos, así lo hicimos. Como el vuelo salía a las 19.30h, ya estábamos en el aeropuerto a las 15.30. Después de buscar el mostrador de la agencia, tarea por cierto nada fácil de lo escondida que estaba, teníamos que salir de nuevo del aparcamiento y llevar el coche a un parking que llaman de larga estancia. Una vez hecha la gestión, todavía nos quedaban unas cuantas horas de espera. En una zona del aeropuerto de Barajas había revuelo. Como consecuencia de que alguien había dejado abandonada una maleta, la policía había cortado algunas zonas. Un rato después, cuando comprobaron que no había peligro, ya dejaron a la gente andar por todos los pasillos del aeropuerto.

El tiempo era excelente, de modo que salimos al exterior a comernos un bocadillo, tomar el sol y sacarle unas fotos a una escultura de Botero que teníamos delante. A veces te topas con el arte sin pretenderlo ni buscarlo; por casualidad. El resto, la rutina de los aeropuertos: facturar, pasar controles, más espera y embarcar. Esta vez con casi una hora de retraso.

El vuelo fue agradable. Nos dieron de cenar; cosa que ya no hacen las compañías en los vuelos low-cost. Alguien nos dice que las compañías pequeñas, Tunisair en este caso, tratan mejor a los viajeros que las grandes. La prensa que nos ofrecen es en francés. El periódico que elegimos es de baja calidad, con pasatiempos que recuerdan a los que se ponen en las revistas escolares. Al menos nos enteramos que en Túnez hay un presidente que se llama Ben Ali, que lleva en el poder desde que en el 87 sustituyera al mítico Burguiba, artífice de la independencia de Túnez. Con una ojeada a la prensa del avión ya pudimos hacernos una idea del tipo de país que íbamos a pisar por primera vez.

Ganamos una hora al llegar; tuvimos que atrasar el reloj. Rápidamente te das cuenta que ya no estamos en Europa. Se nota más presencia policial con control individualizado de pasaportes. La terminal es moderna con rasgos árabes en su construcción. Llama la atención la gran cantidad de mujeres dedicadas a la limpieza y que te pidan dinero al entrar en los servicios.

Nos llevan al hotel, que está en Hammamet, en un bus viejo para los parámetros españoles. La autopista no está iluminada, carece de rayas en el asfalto, hay que pagar peaje y tiene pocos carteles. Al llegar al hotel nos sorprende la seguridad que hay en la entrada: además de los guardias, tenemos que pasar los bultos por un scanner y nosotros por un arco, como en los aeropuertos. Aunque ya conocíamos el hotel por fotos en Internet, la impresión fue buena. Creo que nunca habíamos estado en un hotel de tanta categoría. Claro que esto puede que no sea decir mucho. Siempre cogemos hoteles de tres estrellas: este tenía cinco.

La primera noche la pasamos en unas habitaciones del cuarto piso. De fondo, un ruido amortiguado, pero constante. Aunque yo casi ni me enteré, dormí de un tirón de lo cansado que te dejan los aeropuertos y aviones, mi mujer, por la mañana, lo hizo saber a recepción. Ellos nos cambiaron sin problema a otra zona del hotel donde el ruido del generador no llegaba.

Por la mañana tenemos una reunión con la gente de la agencia que nos ofertan unas excursiones. Nosotros nos apuntamos a una de un día entero a Cartago, Sidi Abu Said y Túnez. Mario y Carlos, mis hijos, también a una de quads, o como se llamen, en los alrededores de Hammamet. Como el día estaba bueno pasamos el resto de la mañana en la playa.

Por la tarde, después de comer, fuimos a Hammamet en un microbús que nos puso gratis la agencia, a cambio de aguantar a un señor que, en un estupendo castellano, nos quería vender todas las alfombras de Túnez, en una tienda fuera de la medina, dedicada a vender productos típicos tunecinos. Al menos pudimos observar cómo las mujeres bereberes hacen las alfombras de nudos. Trabajosas obras de arte, pero que a mí no es que me interesaran mucho. Seguidamente fuimos a la medina, donde pudimos comprobar cómo unos vendedores se hacían entender en una jerga mezcla de francés, italiano y castellano que me hizo recordar al relato del Cautivo, intercalada en El Quijote. También aquí, los habitantes de esta zona del Mediterráneo, hablaban una jerga que era entendida por todos los ribereños. Vimos también El Fuerte de Hammamet, anexo a la medina, que visitaríamos al día siguiente.

sábado, 18 de abril de 2009

Detrás del banquillo

Prolegómenos del encuentro

Salamanca 3; Albacete 1

Con el Helmántico en perfectas condiciones, recibíamos a un histórico de la 2ª división, que está vez venía no exento de polémica, al haber sido el equipo que fichó al entrenador, Juan Ignacio Martínez, cuando aún tenía contrato en vigor con La Unión la pasada temporada y que fue recibido a los gritos de moroso (tiene que pagar por incumplimiento de contrato) y pesetero; la cosa no pasó a mayores pues cuando el equipo de casa juega y gana es como un bálsamo que hace olvidar todas las polémicas.

Hoy lo pasamos divertido en el estadio; el equipo, aunque no hizo un gran fútbol, tuvo buenos momentos que propiciaron numerosas oportunidades de marcar. La escasa puntería de nuestros delanteros y la notable actuación del portero visitante evitaron un resultado que podría haber sido de escándalo. No es que nos quejemos, pero hoy hemos fallado más de lo permisible cara a puerta.

El marcador lo abrió de un tiro libre directo el ídolo de la afición, Quique Martín, que con 36 años tiene aún cuerda para rato. Los otros dos fueron obra de Miku, dos golazos que ponen de manifiesto la buena racha y forma en la que se encuentra. Un lujo para la segunda división y para el equipo contar con este delantero. Sobre todo el segundo fue de bella factura: Jorge Alonso abre a la izquierda para Botelho que avanza hasta la linea de tres cuartos, desde donde centra fuerte a la posición que ocupa Miku en el segundo palo, que no tiene más que poner la cabeza para que el esférico se aloje en el fondo del arco. El Albacete acorta distancia de penalti, cuando ya no había posibilidades de remontada, marcando un gol que maquillaba el resultado.

Interesante victoria que no tiene consecuencias en la zona de arriba. Los equipos en zona de ascenso no ceden. La única oportunidad es seguir ganando y que los que van por delante se tomen un respiro. ¡Hala Unión!

jueves, 16 de abril de 2009

Don Quijote: el mejor intérprete

Dibujo de Gerardo Trives

Capítulo XLIX ( primera parte)

Sigue S intentando convencer a su amo de que él no está encantado; pues come, bebe, duerme y responde con buen tino a todo lo que se le pregunta: incluso hace sus necesidades naturales. DQ le responde que hay distintos tipos de encantamientos que hasta pueden cambiar con los tiempos. S, echa el resto cuando le propone que se libere para alegría de Rocinante que está menencónico. Si las nuevas aventuras no salen bien, tiempo habrá de volver a la jaula, esta vez los dos juntos. Por fin, DQ accede a seguir las instrucciones de su escudero para tratar de conseguir la libertad; sin embargo, le advierte que se va a engañar en lo referente a su desgracia.

Llegados al lugar de asueto propuesto por el barbero, S le sugiere al cura soltar un rato a DQ para que al menos pueda hacer sus necesidades; sólo accede cuando recibe la palabra de DQ. S y el canónigo se hacen responsables del hidalgo.

Una vez suelto, después de estirarse, lo primero que hizo fue dirigirse a Rocinante para hacerle un guiño de complicidad con la esperanza de las nuevas aventuras que habrían de venir. Como si el autor quisiera indicarnos que, además de animar a Rocinante que estaba alicaído, la novela iba a tener continuación. Seguidamente nuestro héroe se retira a un lugar remoto a hacer lo que nadie podía hacer por él.

Incide nuevamente el canónigo en el poco atractivo que para él tienen las Novelas de Caballería: se atreven a turbar el ingenio de los discretos y bien nacidos hidalgos. Le recomienda a DQ que abandone su lectura, que dedique sus energías a otra “lectura que redunde en aprovechamiento de su conciencia y en aumento de su honra como por ejemplo El Libro de los Jueces de la Biblia.

En las siguientes breves intervenciones, DQ resume exactamente todo el largo discurso del canónigo, lo cual agradecemos los lectores que no necesitamos volver a leer lo anterior para enterarnos de su significado.

Un DQ que se va enfadando paulatinamente, le da la vuelta al argumento del canónigo diciendo que es él el que está encantado, pues ha blasfemado al negar la existencia de sus héroes Amadís, Héctor, Aquiles, Ginebra, Lanzarote y otros. Incluso ha osado negar la historia de la linda Magalona, cuya clavija para convertir el caballo, en caballo de madera, se conserva junto a la silla de Babieca. El canónigo no niega la existencia de la clavija pero él confiesa que no la llegado a ver. Asimismo, le reprende por negar la existencia del valiente caballero lusitano Juan de Merlo. Sigue citando caballeros mentados por sus hazañas, de leyenda; mezclando en su discurso caballeros lejanos con otros más cercanos que estaban en boca de todos los ciudadanos por su valor en el combate.

Mucho se admira el canónigo por la tal mezcla de verdad y mentira que hace DQ que incluso saca a colación las hazañas de un antepasado suyo de nombre Guterre Quijada que vence a los hijos del Conde de San Polo. Termina sus razones el prelado de alto rango, poniendo de manifiesto su incapacidad para comprender cómo un hombre de tan buen criterio y entendimiento pueda dar por buenas las sandeces y locuras de los Libros de Caballería.

Este comentario pertenece al grupo de lectura del Quijote que coordina y dirige desde La Acequia el profesor D Pedro Ojeda Escudero y ya ha sido publicado en la misma.

miércoles, 15 de abril de 2009

Habla popular de Lumbrales (2)








Continuamos con la publicación de diez nuevas palabras más del glosario, por orden alfabético, acompañadas por una panorámica antigua del pueblo desde “la cuesta de los oliveros”. Se observa un labrador arrastrando la tierra. 

Abejaruco: Usado como un insulto,  dirigido a una persona de escasos alcances. 
DRAE: 2. m. p. us. Persona noticiera o chismosa. 
DCT: No aparece con esta acepción. 
BDE: Derivado de Abeja. Proviene del latín APÍCULA. Aparece hacia 1505. Ave que se alimenta de abejas 

Abicáncano: Insulto a uno que es grande y desmazalado en sus modales y forma de ser. 
No está en el DRAE 
No está en el DCT 

Abisinio: Expresión adjudicada a una persona de mal carácter y antisocial. “Toda la familia están hechos unos abisinios, no se hablan con nadie.” 
DRAE: 1. adj. Natural de Abisinia, hoy Etiopía. 
No está en el DCT. 

Aborrajao-á: Sofocado, muy colorado por el calor. “¿Ónde vienes tan aborrajao? 
No está en el DRAE. 
No está en el DCT con esta acepción. 

Aborrecer: El hecho de abandonar el nido cuando la pájara se da cuenta que alguien lo ha descubierto o ha tocado los huevos. 
DRAE y DCT: 2. tr. Dicho de algunos animales, y especialmente de las aves: Dejar o abandonar el nido, los huevos o las crías. 

Abreojos: Nombre dado a los abrojos y a las gatuñas por algunas personas; planta muy espinosa que crece en las orillas de los caminos. “No te salgas del camino que ascape pinchas la rueda de abreojos y cardos.” 
BDE: Abrojo: Aparece hacia mediados del SXIV. Contracción de la frase latina: Aperi oculos “abre los ojos” advertencia al que segaba en un terreno cubierto de abrojos para que se guardara de los mismos, luego nombre de la planta. 

Acachinar: Matar. “En un momento acachinó el marrano”. 
No está en el DRAE. 
No está en el DCT. 

Acamarse: Cuando las mieses están grandes y bien granadas se acaman por efecto del viento o la lluvia. “Se vieron mal para segar la cebada pues estaba acamá en muchos corros” 
DRAE: No está con esta acepción. 
No está en el DCT con esta acepción. 

Acancinarse: Debilitarse, enflaquecerse. “Este churro debe mamar poco, se está quedando medio acancinao; no crece ni amollece.” 
No está en el DRAE. 
No está en el DCT. 

Acangrenarse: Encangrenarse, gangrenarse. Sufrir gangrena un tejido del cuerpo. 
No está en el DRAE. Equivale a gangrenarse, la definición coincide con el DCT. 
BDE: Gangrena aparece hacia 1500. Proviene del latín gangraena. Tomado del griego gángraina. 



Abreviaturas utilizadas: 
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española. 
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional. 
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Corominas 



martes, 14 de abril de 2009

Crítica Literaria y Fisiología

Dibujo de Gustave Doré

Capítulo XLVIII

Acabo de leer la entrada, también los comentarios de La Acequia, sobre el capítulo 48 y poco puedo yo añadir a tan exhaustivos, espléndidos análisis y visiones. Aunque todo ya esté dicho, aquí va mi visión de un capítulo leído en aeropuertos, aviones y escrito a salto de mata.

Sigue poniendo C en boca de los prelados sus pensamientos sobre teoría literaria, fiel a su convicción de que las novelas deben enseñar y entretener. Adivinando el receptor de su novela, mezcla temáticas, pasando de una culta a otra popular en menos tiempo de lo que se presina un cura loco. Interesante resulta observar cómo no rebaja el nivel de lengua en ningún momento al asunto escatológico tratado.

El cura reprende a los que han usado la prosa sin atender al arte ni a las normas. De esta forma no alcanzan la altura de los grandes escritores clásicos Homero y Virgilio. El canónigo informa de que está escribiendo un Libro de Caballería en prosa: lleva escritas más de cien hojas. A pesar de haberlas testado y de haber recibido buenas críticas tanto de los sabios como del vulgo, no ha seguido escribiendo por no parecerle digno a su profesión: dirigido a la plebe; no quiere sujetarse al confuso juicio del vulgo; y lo más importante: sacado del sinsentido de las comedias del momento: las que siguen la normativa "no sirven sino para cuatro discretos que las entienden, y todos los demás se quedan ayunos de entender su artificio, y que a ellos les está mejor ganar de comer con los muchos, que no opinión con los pocos".

Argumenta el canónigo que en más de una ocasión ha intentado persuadir a los actores de que representen obras que se atengan al arte, pero están tan pertinazmente convencidos de su parecer que no hay manera de apearlos de su pensamiento. Le da ejemplos de éxitos de obras de calidad; pero nada consiguió.

El cura aprovecha la oportunidad para exponer su manera de pensar con relación a las modernas comedias que deberían seguir las teorías de Cicerón: "espejo de la vida humana, ejemplo de las costumbres y imagen de la verdad, las que ahora se representan son espejos de disparates, ejemplos de necedades e imágenes de lascivia." Las comedias actuales ni respetan las rígidas convenciones, ni guardan las reglas de los espacios ni de los tiempos. Añade que si una comedia ha de basarse en la imitación como elemento más importante, no entiende que se le puedan atribuir hechos históricos mezclados, tanto en los personajes como en los tiempos. Tampoco se libran de su crítica las comedias de santos, todo lo cual redunda en la mala reputación que están cogiendo los autores españoles entre los extranjeros, que cumplen de manera rigurosa las leyes de la comedia. Continúa el cura con su teoría diciendo que como el mismo objetivo de entretener se consigue con las comedias buenas que con las malas, no tiene sentido la representación de las malas en detrimento de las buenas. Los autores no tienen la culpa sino los representantes; sólo compran las que les interesan. De esta forma al autor no le queda otra salida que no sea acomodarse al comprador. Como ejemplo de lo anterior pone a Lope; no ha tenido más remedio que rebajar la calidad de su producción para adaptarse a la demanda de los representantes.

Todo se arreglaría, propone el cura, ( qué creíble se hace aquí C al proponer una solución) con la intervención de una persona inteligente y discreta que actuase de filtro. Consiguiendo: entretenimiento, buena opinión de los sabios, interés y seguridad de los actores y el consiguiente ahorro en el castigo. Así, incluso los Libros de Caballería, podrían interesar no sólo al "desocupado lector"; también los más ocupados se sentirían atraídos por ellas. La luz de los nuevos, de esta forma tratados, oscurecería a los viejos - no se puede tener siempre el arco cargado.

Como de todo hay en el Q, encontramos un párrafo donde se nos habla de la intendencia de los viajeros en el SXVII - había que dar de comer a viajeros y animales -. Deducimos la alta capacidad adquisitiva de un canónigo de la época. Podía permitirse el lujo de tener varios criados, acémilas de montura y de carga con comida, en sus viajes.

S no se resigna a volver al pueblo derrotado y con DQ enjaulado. Trata de abrir los ojos a su amo sobre el encantamiento, desenmascarando al barbero y al cura. DQ achaca al encantamiento que S vea lo que otros quieren que vea. Él ha oído que los Caballeros Andantes son espíritus puros y como tales no hacen sus necesidades, así que con bastantes rodeos le pregunta a su amo si tiene ganas. El autor nos deja con las urgencias inexcusables de DQ, aún enjaulado.



El presente comentario al capítulo 48 del Quijote pertenece al grupo de lectura de D Quijote de la Mancha que desde La Acequia dirige y coordina el Licenciado D. Pedro Ojeda Escudero. El presente ha sido ya previamente publicado en los comentarios de dicho blog; no es más que una pequeña contribución al conjunto de comentarios dispersos por los diferentes blogs y en los mismos comentarios.



domingo, 5 de abril de 2009

Detrás del banquillo


Las penas con pan son menos

Había hoy dos acontecimientos que acaparaban la atención de los aficionados al deporte en Salamanca. Por la mañana, las chicas del Halcón Avenida jugaban y perdían la final del principal campeonato europeo de baloncesto contra el todopoderoso Spartak de Moscú. Una derrota que sabía a victoria, pues el subcampeonato europeo era ya un triunfo para las salmantinas, que ningún aficionado, ni en el mejor de sus sueños, habría imaginado llegar tan alto, aunque soñar sea gratis.

Que una ciudad de poco más de 150. 000 habitantes pueda albergar un equipo subcampeón de Europa tiene su mérito; como lo tiene el hecho que día tras día logre llenar el pabellón de Wurzburg con más de 3.000 espectadores. Fue precisamente este hecho, junto con el dinero puesto por el consistorio lo que le otorgó a Salamanca la posibilidad de albergar la final four: el éxito estaba asegurado de antemano.

Por la tarde el equipo unionista de fútbol recibía la visita del Celta de Vigo. El partido tuvo dos partes bien diferenciadas. En la primera el equipo vigués llevó la iniciativa sobre una Unión que salió a cámara lenta, a ritmo de procesión de la borriquilla que acababa de recorrer las calles del centro de la ciudad. En una falta al borde del área, el activo jugador numero cinco marcó un gol con el que termino la primera parte, sin que el Salamanca diera en ningún momento sensación de peligro. Después del descanso el partido fue otro bien distinto. Dañobeitia marcó un gol como recompensa a las decenas de kilómetros que recorre cada partido. La entrega no se le puede negar. Poco después llego el gol del internacional de la UDS (por Venezuela), que también había marcado con su selección el miércoles contra Colombia. Gran gol de Miku que recibe un balón en la línea de tres cuartos, por detrás de la defensa, controla el balón, se interna en el área, hace un recorte de antología, y aloja el esférico en el fondo de las mallas, lejos del alcance de Notario. Tres puntos que suman, pero que valen de poco puesto que los de arriba hicieron lo propio. Hala Unión!


jueves, 2 de abril de 2009

Paso lento

Dibujo de Gerardo Trives

Capítulo XLVII

Antes de que la expedición se ponga en marcha, sucede una conversación de DQ con su escudero, donde aquel se extraña de la lentitud que él augura en su traslado forzoso en una carreta de bueyes. Sin embargo, es esa lentitud de la que DQ se queja, la que permite el curso de teoría literaria más sólido de lo que llevamos de obra; a la altura, al menos, del episodio de la quema de libros.

Ni siquiera un esquema tan rígido y anacrónico – o precisamente por ello mismo - como el de las Novelas de Caballería se libra de su propio conflicto generacional. Argumenta el hidalgo, que el ritmo lento que promete una yunta de bueyes, contrasta con lo que él ha leído sobre el trasporte de los héroes en los libros que le trastornaron. Sigue el autor tratando de desentrañar los líos de la mente del hidalgo.

Sancho, que no se la dan con queso, sabe que los disfrazados no son fantasmas ni visajes: hay uno que huele a ámbar a la legua. DQ atribuye al encantamiento del lugar el tracamudeo de olores.

Al tanto de las sospechas de S, los disfrazados Cardenio y D Fernando ordenan al ventero que ensille los animales de nuestros protagonistas. Se dan cuenta que el escudero no está tan quijotizado como parece. Seguidamente, la expedición se pone en marcha.

No falta de nada en la descripción tan minuciosa que C nos regala de los preparativos de la procesión. El cura – de nuevo el cura – toma la iniciativa de la organización. Hasta los cuadrilleros (pagados), con sus escopetas, toman parte del cortejo, durante una parte del camino. Las señoras de la venta hacen bien su papel en la emotiva despedida. El cura recibe del ventero como presente un manuscrito de Rinconete y Cortadillo. Lo había encontrado en un “aforro” de la misma maleta donde halló El Curioso Impertinente. Como un nazareno pidiendo compasión nos dibuja a DQ: “iba sentado en la jaula, las manos atadas, tendidos los pies, y arrimado a las verjas, con tanto silencio y tanta paciencia como si no fuera hombre de carne, sino estatua de piedra.”

“Llegaron los diligentes a los perezosos”: al ritmo mortecino de los bueyes llegaron unos que iban a ritmo de mula de canónigo, que en lugar de adelantarles se adaptan también al ritmo lento. Con el que dirige la marcha, pega la hebra DQ, al ser leído en Libros de Caballería. Con él puede explayarse el Hidalgo al tener conocimientos de encantamientos y ser capaz de entender que él es un Caballero Andante, con la suficiente categoría para ser modelo de los venideros, que nunca han de faltar.

Da su versión el cura que corrobora lo dicho por el hidalgo de ir encantado en la carreta “por la mala intención de aquellos a quien la virtud enfada y la valentía enoja”.

S, en su versión, afirma que su amo no está encantado pues hace sus necesidades como antes de montar en la jaula y habla como treinta procuradores. Le echa la culpa al cura de su escaso ascenso en la escala social. A la intervención del barbero acusándole de la misma locura de su amo y de dejarse empreñar de sus promesas, le responde un crecido S que él no se deja empreñar de nadie, que es cristiano viejo, que no le debe nada a nadie y si ansía una ínsula, otros quieren cosas peores. Lo del encantamiento de su amo; mejor no meneallo. Ante tal catarata de razones, al barbero no le queda otro remedio que callarse, si quiere que los recién llegados no se enteren de las razones del traslado de DQ en la jaula de mala manera.

Concluye el capítulo con la lección de literatura ya citada anteriormente. El Canónigo de Toledo afirma que los Libros de Caballería son perjudiciales para la república, todos le parecen iguales por lo que no ha terminado ninguno, aunque los empezara todos. Los menosprecia, ubicándolos en el escalón más bajo de la calidad literaria: “Son cuentos disparatados que atienden solamente a deleitar y no a enseñar.” El cura apostilla que él encuentra de positivo que son el soporte que permite al autor describir toda clase de sucesos que le acontecen a personajes de muy distinta condición; sin embargo, los estereotipos que presentan han servido para ilustrar mucha literatura de tono menor, de serie b: Los príncipes son siempre corteses, valerosos; los caballeros cristianos, valientes; las damas hermosas, discretas. La astucia pertenece a Ulises y el valor a César. Todo esto aplicado con ingenio e invención puede ser capaz de enseñar deleitando, con la mezcla de los géneros épico, lírico, trágico y cómico; de todo hay en los Libros de Caballería.

A pesar de que el análisis de los prelados nos pueda parecer simple y maniqueo, no podemos perder de vista que con estos mismos mimbres se ha construido mucha literatura. Muchas veces la más leída, la pena es que haya sido la única para mucha gente. Tampoco deberíamos rechazarla, pues ha significado para otros tantos la introducción en un tipo de lecturas de más calado. Estoy pensando en los comics, novelas del oeste, novelas de romance etc…


Este comentario al capítulo 47 del Quijote 1ª parte, pertenece al grupo de lectura que coordina y dirige desde La Acequia, Pedro Ojeda Escudero. Ya ha sido publicado en la misma con anterioridad.