domingo, 27 de febrero de 2011

Fuego y Agua

"En esta ciudad el amor inmuniza de casi todos los peligros"
Agustí Centelles


LA CIUDAD DEL GRAN REY. OSCAR ESQUIVIAS
IV.- LA PUERTA NEGRA

En el resumen del capítulo final de la novela nos fijamos en el desarrollo del personaje Rodrigo Gorostiza, que había estado ausente en el capítulo anterior, porque la narración avanza cuando él se halla herido en el blocao. Aquí aparece recuperado. La disciplina del blocao, desdibujada. Las duras condiciones de la ciudad extraña y los diferentes intereses reducen los efectivos a siete, que son los que reviven el caos del final de Inquietud en el Paraíso dentro de la catedral, para intentar abrir la puerta que da acceso al fuego purificador que no quema y la vuelta a la realidad de la que partieron. Rodrigo prefiere intentarlo a través del agua que regenera.

En efecto, Rodrigo despierta en la enfermería del blocao. Ha estado cuatro días conmocionado por la explosión de las tortugas en su rostro, al sexto ya se encuentra con fuerzas para levantarse. Allí sólo se encuentra Albiñana que tampoco se encuentra bien. Envueltos en unos fardos, están los cadáveres de Paisán y dos más. Le habla a don Cosme Herrera como si le oyera, sigue en coma. El doctor le dice que le resta poca vida. Garrús, que no le dirige la palabra a Albiñana porque no quiere saber nada de derechistas, se ha preocupado de traerle sopa de doña Beatriz todos los días. El cabo Galaz se ha ocupado de él durante la breve convalecencia.

Desde que desaparece Paisán, se asienta la indisciplina y el blocao es una desidia.

Albiñana le pone al corriente de la situación de la expedición. Le informa de que el jefe ahora es el sargento Garachana, que sólo está interesado en regresar. Sale todos los días al exterior a intentar recabar información, ahora que saben cómo orientarse. Desde que Paisán murió el blocao es una desidia y abandono, la disciplina que él imponía desapareció. Nadie se atreve a abrir la extraña puerta del blocao por miedo a perder lo poco que tienen: la escasa seguridad de poder dormir sin sobresaltos.

Cuando Gorostiza se mira al espejo no se desagrada; esperaba más destrozo en el rostro. En cambio, le sorprendió su expresión adulta, como si los años hubieran pasado de repente. Le dieron ganas de mirarse desnudo para corroborar su madurez, no se sintió feliz.

Cuando detienen a Beatriz para que les ayude a llevar al doctor Dámaso y les proporcione la triaca que reavive a don Cosme Herrera, Rodrigo y Garrús le aseguran que ellos no tienen nada que ver con su detención. A ella le parecen Don Quijote y Sancho por su afán en defenderla.

Garachana abre la puerta que había en el blocao. Quería comprobar que no era la que buscaban que les llevaría de vuelta, porque no tenía cerradura. Propone ir a la catedral con las primeras luces. Garrús no quiere porque sabe que la vida que dejó al otro lado no era mejor que la de éste. Sospecha que le espera el fusilamiento y abandono del cadáver en cualquier cuneta. Gorostiza le da una patada a la puerta y se sumerge en el agua. Debajo hay una ciudad inundada. Agua con luz propia.

El sargento no pudo dormir aquella noche, le desasosegaba la fuga de Rodrigo y que Garrús prefiriese quedarse. Cuando al apuntar el día, se queda traspuesto. Una paloma, que seguidamente mata, le sobresalta. Viene de Burgos y trae un mensaje anillado desautorizando la misión del Purgatorio. Venía firmado por Francisco Franco.

Los siete que quedaban en el blocao estaban pensativos. Ventura les dice que a quien necesitan es al enamorado Rodrigo. El amor crea vínculos más fuertes que la muerte. En los poetas está la verdad de dios, eso lo han repetido todos ellos. Les asegura que Gorostiza
estará vivo porque el amor inmuniza en esta ciudad de odio. Se retira al hospital de agonizantes después de pedir permiso. Les conviene permitírselo pues la mano izquierda pertenece al Gran Rey que se aproxima con sus tropas para arrasarlo todo.


Los cañones del Gran Rey disparaban sobre la ciudad. Las gentes escapaban. Los supervivientes expedicionarios se dirigen a la iglesia de San Gil a preguntar por Rodrigo. El higúmeno no sabe nada, pero les indica que si se fue buceando, estará muerto. Como los polillas tienen que evacuar la ciudad, les dejan el robot Capablanca, que hace de todo menos jugar al ajedrez.

El tiempo no tiene clemencia con los que se quedan. Para no envejecer, hay que largarse un tiempo. Arraigar significa morir lentamente.

And who by fire?
Who by water?
Who in the sunshine?
Who in the night time?
Who by high ordeal?
Who by common trial?
Who in your merry merry month of May?
Who by very slow decay?
And who shall I say is calling?
(Who shall I say is calling?)
Leonard Cohen

jueves, 24 de febrero de 2011

Doña Leonor de Vivero a la hoguera




 

"El grito pidiendo la hoguera para su madre le reconcomía"


MIGUEL DELIBES. EL HEREJE
LIBRO II. LA HEREJÍA
CAPÍTULO XIV

Delibes hilvana el relato alrededor de dos entierros: el de su mujer, Teodomira Centeno, en Peñaflor y el de doña Leonor de Vivero en Valladolid. El capítulo es una muestra de las consecuencias que tuvieron ambas muertes en CS que decide replantearse su vida. Como si se sintiera culpable de la locura y muerte de la Reina del Páramo por no haberle dado descendencia, hace voto de castidad. La muerte de doña Leonor le lleva a un aumento de su implicación con el conventículo protestante y en consecuencia al incremento de su grado de compromiso con la Reforma, que lleva implícito la dedicación de todo el tiempo que sea necesario. Por eso cambia el modelo productivo de sus negocios: reparte las ganancias con los trabajadores.

El capítulo se además una prueba del aislamiento progresivo de los grupos protestantes que nos da una idea clara del acoso del Santo Oficio a la Reforma. CS en Francia camino de Alemania para tratar de contactar con los reformistas teutones y su líder Melanchton echan el cierre al relato que coincide con el comienzo de la novela a bordo de la galeaza Hamburg a la vuelta del viaje.



 
Sátira de los fieles de la iglesia católica
Matthias Gerung

En efecto, entierran a Teo en la iglesia de Peñaflor, la misma en la que se habían casado once años antes. La tierra arcillosa del Páramo aún no había comenzado la pudrición del cadáver de su padre. El cura les quita de la cabeza el milagro que asomaba en la imaginación de los asistentes.

La pesadumbre de CS se acentúa cuando recuerda lo que los cuidadores le contaron sobre la estancia de su mujer en el hospital de Medina. Cómo se había negado a comer y cómo la habían tenido que forzar desde el primer momento del internamiento de ocho meses. Gracias a ello había vivido. Lleno de ira como estaba, sólo le alivia la sonrisa que vio en su cadáver y el poder cumplir su último deseo al interpretar que “la Manga”, única palabra medianamente inteligible que había salido de sus labios, significaba un deseo de descansar bajo la tierra que la vio nacer. Su entierro fue un auténtico acontecimiento. Los austeros y rudos castellanos la consideraban una de las suyas: “el trabajo manual borraba el pecado de su condición adinerada”.



 
El diablo sopla la gaita de Lutero

Camino de Pedrosa tras el entierro, CS recuerda la enseñanza itinerante por los caminos mediante el diálogo con el párroco Pedro Cazalla. Un apretado bando de perdices espanta a Pispás, le provoca una remosqueta que casi da con su jinete en tierra. Con Martín, el rentero, se produce la misma escena que entre los padres de ambos treinta y siete años atrás. Los mismos que tiene CS, cuando su padre le comunicó a su rentero la muerte de su madre, doña Catalina, al nacer. A diferencia de entonces, CS le oferta ir de medias con las tierras. Tanta generosidad no le parece creíble al rentero. Propone, asimismo, doblar el salario de los braceros y vendimiadores. Martín le advierte de los problemas que la medida puede acarrear para el campo: nadie va a querer trabajar por menos dinero, lo que llevará a la ruina a los pequeños labradores que no podrán pagar esos jornales. De nuevo don Miguel demostrando sus conocimientos de economía. Las cosas no parecen fáciles, incluso ser generoso acarrea problemas. Pensará en ello con la cabeza fría.


 

Comunión de los protestantes y caída al infierno de los católicos.
Lucas Cranach el Joven


Pedro Cazalla aprueba el aumento de salario y la cesión de la explotación a medias. El mundo de la agricultura, en su crisis habitual. Los labradores pequeños con dificultades para hacer rentables sus actividades y el extenuante trabajo de sol a sol. Le da trescientos ducados para paliar necesidades en el pueblo. Le sugiere el empedrado de alguna calle, pero objeta que las caballerías se resbalan.

CS entra en una fase de “actividad enfebrecida, le aterra pensarse”. Necesita llenar de ocupación todas las horas del día. Ignacio Salcedo lee libros de economía traídos de Francia y Alemania que afirman que los gremios están obsoletos. El capital debe juntarse para ganar poder. Con su ayuda propone a sus empleados,  Dionisio Manrique y Fermín Gutiérrez,  entrar en la sociedad. Ellos aportan el trabajo y él su capital. A los pelliqueros, tramperos, acemileros y curtidores les propone participar en los beneficios, en lugar de aumentarles su salario que trae problemas con los demás productores. Ignacio se hace cargo de la transformación de los negocios. Teo había llegado a ser una costumbre, le bastaba saber que estaba en casa, sentirla ir de un lado para otro, para sentirse acompañado. La comunicación no existía en los últimos años.



 
El triunfo de Lutero.

La vinculación de CS con los Cazalla crece de forma paralela. Se convierte en la mano derecha de un doctor cada vez más medroso. Le confía la resolución de los problemas con el grupo de Zamora. Padilla continuaba sembrando la discordia por donde pasaba, a pesar de la intervención de Ana Enríquez. El joyero Juan García desconfiaba de su mujer, católica recalcitrante y de su confesor. Estaba convencido de que si se enteraba de su asistencia a los conventículos, lo denunciaría a la Inquisición. CS le aconseja que deje de asistir y acompañe a su mujer a la iglesia y sacramentos. El también lo hace los domingos. En tiempos de persecución el disimulo y la doblez es el mejor remedio y defensa.


 
Lutero pacta con el diablo

Doña Leonor muere siete días antes de Navidad. Fueron unos funerales rumbosos, con gran pompa y boato, como corresponde a una madre que tiene tres hijos religiosos. Diez doncellas de blanco acompañan el féretro y el coro de los niños del Colegio de Doctrinos cantan el Dies Irae, como CS lo había cantado de niño, el día del entierro del noble don Tomás Colina. Una voz en mitad de la iglesia abarrotada rompe el silencio: “Doña Leonor de Vivero a la hoguera”. La muerte de su madre sume al doctor en el más profundo abatimiento. El matriarcado que ella había creado a su alrededor se resquebraja. El recuerdo de la voz varonil del funeral le reconcome, le provoca insomnio. Sospecha que vino de alguien de buena posición social. Recuerda el encontronazo que tuvo con “La mujer buena”, doña Catalina de Cardona, dama de honor de la Princesa de Salerno y aya de Juan de Austria. La había ridiculizado desde el púlpito el día de Resurrección en el sermón de las"tres Marías. Había mandado a los pucheros a las sabidillas que se meten a teólogos. Ahora teme la venganza.


 

Desde el púlpito "ridiculizó la impertinencia de ciertas mujeres que disputaban con los teólogos" 

Diferencia de las ofrendas protestantes y católicas.
 

Lucas Cranach

Unas pintadas en su casa, de la misma índole que la voz varonil del entierro, le han vuelto sumamente cauteloso, medroso hasta el exceso. Consciente de que el grupo completo depende de su prudencia, suspende los conventículos. En su aislamiento, no atisba futuro ni salida para la Reforma en España. CS se convierte en su paño de lágrimas. Planifican un viaje a Sevilla que descartan por otro a Alemania. Los negocios de la lana de CS serán la tapadera. Agustín Cazalla le ofrece citas, nombres de lugares, contactos de sus viajes acompañando al Emperador. CS irá por Navarra. Echarren es allí el hombre que les organiza el paso a Francia. Irá con Vicente que se volverá a Valladolid con las caballerías. Antes viaja a Pedrosa a entregar el nuevo contrato a su rentero. En Toro contacta con Carlos de Seso que le da una esquela de presentación para Echarren y le puntualiza la información del doctor. Arregla los contratos con Fermín Gutiérrez y con Dionisio Rodríguez y el 25 de abril parten para Cilveti. Llegan el 30, un día más tarde de lo planificado por las fuertes lluvias que los retrasan en el camino. El guía les cobra cincuenta ducados, las cosas están difíciles, el Santo Oficio acecha. Camino de los pasos de los Pirineos observan el vuelo de unos bandos de becadas y una pareja de quebrantahuesos que se sostienen en el aire sin aletear. Se cruzan con contrabandistas que vuelven de Francia cargados de ámbar, perfumes y ungüentos, el lujo viene de Francia. Al otro lado de la frontera ya los espera Pierre con dos caballerías.


"And who are you?" she sternly spoke
to the one beneath the smoke.
"Why, I'm fire," he replied,
"And I love your solitude, I love your pride."

Leonard Cohen



Las ilustraciones están tomadas de esta página sobre la Reforma. 


Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero 

martes, 22 de febrero de 2011

Habla popular de Lumbrales (74)

Sólo las zarzas parecen reparar en los viejos aperos agrícolas en desuso, como si trataran de esconder los restos de algún naufragio.


Esflorear: Ir cogiendo lo bueno de algo. “No hizo más que esflorear las aceitunas, las chicas las dejó en el plato.” “Deja de esflorear del plato, coge del tu lao”.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esfolar: Quitar la lana de la oveja en la parte que estorba para ordeñarla mejor.
DRAE: 1. tr. Sal. desollar.
No está en el DCT.

Esgalamido: Sin fuerzas, desmayado, hambriento. “Anda esgalamido de necesidad.”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esgancha, esgalla (a): En abundancia, a discreción. “Hubo comida a esgalla en la boda.” “Había yerba a esgancha en el Prao Marqués.”
No está en el DRAE.
DCT: A esgalla, mismo significado.

Esganchar: Romperse la rama de un árbol, por la fuerza del viento o por el peso de la fruta.
También de la nieve.
No está en el DRAE.
DCT: mismo significado. 2.- Romper los surcos de la temporada anterior y preparar la tierra para la temporada siguiente.

Esganguinarse: Cansarse el ganado. Por extensión se utiliza referido a las personas también. “¿No está ya la comida? Ando esganguinao”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esgarrapao: Desgarbao.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esgarrarse: Resquebrajarse la madera, de un árbol o una tabla, un mueble.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esgarrumbar: Derribar, demoler, venirse abajo una pared. “El toro jardo esgarrumbó la
pared al saltarse a las vacas del lindero que andaban al macho”. “Esas palas modernas lo esgarrumban todo en un pis pas”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esguadramijar: Romper, deshacer.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esjambreao: Hambriento. “Se comió todo lo que había en la mesa de esjambreao que venía”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Esmochao: Cuando un árbol está podado o le han cortado las ramas. Por extensión, cuando te dejan bien pelado en la barbería.
No está en el DRAE.
DCT: mismo significado.


El color verde aceituna en algunas palabras o expresiones indica que son de reciente incorporación, posterior a Mayo de 2007.

Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.

Las fotos pequeñas son de Jaime Grandes

domingo, 20 de febrero de 2011

Hijos de Caín

"El joven (no llegaria a los veinte años) temblaba. Estaba a punto de llorar."
Francisco de Goya

LA CIUDAD DEL GRAN REY. OSCAR ESQUIVIAS
III.- LA SEGUNDA SALIDA

El Comandante decide salir del blocao para tratar de averiguar todo lo que pueda de la ciudad. Sospecha que si descubre el misterio de las “Plantas mudables”, también será capaz de trazar un plano de la ciudad cambiante que le indique dónde se encuentran. Le acompañarán Albiñana, Garrús y tres soldados elegidos. El sargento se quedará al mando del blocao.

Necesita hacer una requisa de todo el dinero y objetos de valor que tengan los presentes. Ejecuta en el acto a un soldado que descubre que se ha quedado con cuatro pesetas en los calcetines para que sirva de ejemplo. El único que entrega todo es el perseguido Garrús. Los soldados prefieren tirar el dinero a la calle. Les obliga a ello el miedo a ser pillados.

Al busto de Cervantes había que darle de comer. Al no tener la cabeza erguida, se chocaba con los troncos de los árboles y se quedaba inconsciente en mitad de los jardines.

Paisán sintió la soledad del mando aquella noche; estuvo tentado de matarse o escapar. Se masturbó varias veces sin eyacular.

El felpudo del director de la fábrica de fósforos es peligroso. Varios han muerto abrasados por frotar con energía.

Las ventoleras de cierzo habían volado los billetes que los soldados habían arrojado desde las ventanas del ático. Le rezan un responso al soldado ejecutado, sólo Albiñana lo sigue.

En tiempos de guerra los niños no tienen escuela, juegan los juegos de los mayores.
Agustí Centelles

No hay dicha más perfecta que la del niño bañándose y chapoteando en un barreño de agua.

Los expedicionarios entran en la tienda de antigüedades Dundurri. Quieren comprar alfombras mudables de la ciudad actual. El propietario les informa que la técnica se perdió en el S. XVI, considera imposible que pueda existir lo que piden. En cambio tiene un amplio surtido de antigüedades como la armadura que Carlos V usó en la batalla de Mühlberg o la paleta de Velazquez que aparece en Las Meninas. No tiene lo que buscan. Los expedicionarios se sienten fascinados por el mecanismo que esconde el envés de las alfombras. Imaginación del autor haciendo horas extras.

El padre Talí es un sacrílego que se dedica al estraperlo. Vende hostias consagradas. Filareto le explica las reglas de la orden de los polillas. Juegan al ajedrez simulando batallas de la historia. Dos polillas, de nombre no recordable, juegan hoy la batalla de Cavite, en la que sacrifican “vidas a lo tonto”. No se puede jugar por jugar, el demonio acecha y la tentación sólo se puede derrotar con una disciplina estricta. Si no se representa una batalla auténtica, automáticamente se juega la batalla de los ángeles contra los demonios. Entonces existe el riesgo de que ganen las negras. En ese caso las parturientas padecen más dolor del normal al parir. Las manzanas se pudren en los árboles, los pájaros cantan las obras del Maestro Guerrero y mil signos funestos más. A los maestros que caen en la tentación, el Higúmeno les saca los ojos y hace que se los coman. Les corta las manos y los abofetea con ellas posteriormente. Los que de ellos mueven las piezas con la boca los decapita y hace fósforo con los huesos para hacer cerillas con las que prender las velas.

Paisán, el Comandante más joven de Europa.

Dos jóvenes con abrigos pardos ejecutan a dos soldados que habían quedado a la puerta. Paisán, que estaba tomando el té que dan los vendedores de alfombras en los países árabes tratando de engatusarte, saca la pistola y dispara.

Los buzones de correos tienen boca de león. Cuando alguien echa una carta con franqueo insuficiente, se enfurecen y escupen los trocitos a la cara del infractor.

Aún a riesgo de perderse, el coma andante, Paisán, y los demás escapan. Redobla la fuerza del viento y se hace la noche. Albiñana pronostica nieve.

La biblioteca compartía edificio con la academia de dibujo. Cuando los adolescentes bajaban de las clases molestaban a los lectores. Uno que preparaba un trabajo de Garcilaso se siente más molesto por las peticiones de silencio del bibliotecario que por los ruidos y voces de la escalera. Está enamorado y se imagina en los versos del poeta.

La cocina de los pobres. Brueghel el Viejo

El dinero de la requisa no tiene validez en este lado de Burgos, por eso el tabernero de La Pampa, al querer cobrar todo lo que el grupo había comido y bebido se cobra con dos proserpinas de la boca del cabo Galaz. Descubre que el cabo tiene el ombligo intacto y caga, por lo tanto se trata de impuros extranjeros, pero hace la vista gorda y les invita a la ronda siguiente. Pronuncia las palabras de Sancho: “Abrenuncio, hijo” con un sentido distinto.

Un airón le dio la vuelta al paraguas cuyo mecanismo no entendía. Lo tira a la papelera desvencijado como si fuera un calamar con un temblor de vida.

Como el cantinero estaba contento con las muelas de excelente calidad del cabo Galaz, Paisán le hace preguntas. Por las respuestas se enteran de que los habitantes de este Burgos se orientan por la sombra, que siempre apunta en la dirección del caminante. De noche todo cambia. Les informa de que efectivamente están en Burgos. Al otro lado sólo se va después de muerto; les corta la retirada.

La taquillera niega un billete para el tren de la semana pasada a un joven muy guapo, el auténtico canalla que enamora a las incautas, porque el reglamento no lo permite.


El tabernero había muerto en la acción de Beni Salem, la misma en la que Sanjurjo resultó herido. El había muerto desangrado y con los huevos rebanados en la boca.

Beatriz también daba la sopa a las estatuas que habían escapado de los sepulcros o de algún retablo del barrio de La Alteza, en la trasera del Hospital de Ciegos, Mancos y Contrahechos. Eran la escoria de las estatuas: las más señoras de todas las p… . Quemaban los bustos de madera para calentarse. El mismo obispo, Mauricio, atizaba la lumbre con la estola. Les informa asimismo de que Sanjurjo está en la ciudad, legal, sin ombligo y con papeles. Si quieren hablar con él deben ir a Correos a preguntar por la dirección. Les aconseja que se corten la patilla por seguridad. Así se sabra que pertenecen a un dueño. Si no lo hacen, cualquiera les puede retorcer el pescuezo y arrancar los dientes. No deben salir de noche porque en la oscuridad los legales pierden el juicio y obedecen las órdenes que silba el Gran Rey.

Los miembros de la banda de San Marcial crearon Los Jenízaros, banda de música popular, compusieron melodías bailables de gran éxito:

¡Ay , qué gusti, ay, qué gusti; ay, qué gustirrinín!
Me da el pipermín.

¡Qué bien me sienta, qué bien me sienta!
El tequila con salpimienta.

Paisán y los suyos vuelven guiados por la sombra. Al cadáver del soldado asesinado por el coma andante le habían arrancado ya los dientes, alguien se les había adelantado.

El padre Talí es un sacrílego de cuidado. Trae a la curia de cabeza con sus barrabasadas dentro de la catedral. Un día que entre él y el sacristán se habían bebido todo el moscatel de la sacristía, quisieron comprobar que los muros de la catedral eran traspasables no sólo para los fantasmas. El sacristán dejo los sesos desparramados fuera del tiesto y el padre Talí los cruzó con la ayuda de la Virgen del Carmen.

Paisán llega al blocao para descubrir que el lugar ha sido arrasado y la mitad de los hombres han desertado.

"Caín rompió con un gesto
su yugo de esclavitud
huyó del ojo insaciable
llevó su propia cruz"
Barón Rojo





Este comentario pertenece al club de lectura sobre la trilogía de Oscar Esquivias, basada en la Guerra Civil, que dirige desde La Acequia, Pedro Ojeda Escudero.

jueves, 17 de febrero de 2011

Locura y muerte de Teodomira Centeno



 
"Su mirada era turbia y vacante, absolutamente desquiciada"


MIGUEL DELIBES. EL HEREJE
LIBRO II. LA HEREJÍA
CAPÍTULO XIII

El autor desarrolla a lo largo del presente capítulo una descripción magistral del proceso de locura de Teo, desde su brote hasta la muerte en el manicomio de Medina del Campo. La frustración de no ser capaz de dejar descendencia en el mundo, la sume en una ansiedad que la conduce al aniquilamiento. Al mismo tiempo se produce el paulatino incremento de un sentimiento de culpa en CS. La escasa fertilidad de la familia Salcedo es la culpable de la falta de descendencia, que es, a la postre, el desencadenante de la locura de su mujer. Aumenta su grado de compromiso y responsabilidad con el conventículo reformista, como una forma de aliviar su pesar de conciencia.

En efecto, tras la ausencia de cuatro días por la asistencia de CS a la reunión de Zamora, Teo le recibe con un brote de su histeria, ya apuntada con anterioridad. Incapaz de unir palabras de forma coherente, farfullaba voces sin significado. A duras penas se le entendía que quería referirse al tratamiento del doctor Galache y a la cosita inservible. Le echaba en cara que durante los cuatro días no se hubiera preocupado del tratamiento de fertilidad. Que por culpa de su indolencia, hubiera echado a perder su efectividad. Que no le importara nada su obsesión por la reproducción.



 
La locura. Basquiat

Los intentos de CS por apaciguar, solo consiguen alborotarla más. Nada parece amansar aquel vendaval de furia enloquecida. A medida que los gritos y alaridos no son suficientes para el desahogo, da comienzo el destrozo y desgarro de todo lo que se pone al alcance de la mano. Cuando después de dos horas largas de batalla, CS logra inmovilizarla, ella cae rendida y llora mansamente de la forma en que suelen resolverse las crisis nerviosas. CS le prepara un julepe. Se lo hace tomar y se retira al trastero, pero no por mucho tiempo. Le despierta “una especie de grito inarticulado y la silueta voluminosa de su mujer en el marco de la puerta”.

Se enzarzan en una pelea como la que había librado de niño con el Corcel en el patio del Colegio de Niños Expósitos. Ahora compiten por la posesión de las tijeras que amenazan con caparle. Recibe dos cortes en el brazo y muslo. Sufre el ataque de Teo como si fuera un vendaval desatado. Sólo cuando logra inmovilizarla, ella se entrega; pero CS comprende que la ha perdido para siempre, llevada por el huracán de la locura. Escribe a su tío don Ignacio contándole el suceso. Le pide que haga las gestiones para que vengan a buscarla. Su tío se presenta en la casa acompañado del doctor Mercado dos horas después. Se interesa por las posibles causas de la crisis. CS le confiesa que tenía una obsesión por ser madre. Él no había podido darle el hijo que tanto ansiaba. El doctor aconseja el internamiento de la paciente. Optan por un hospital con cuidadoras que pagan aparte. De esa manera le evitarán la humillación de tenerla atada a un camastro y con grilletes candados a los pies.



 
"En sus ojos planos no advertía ni chispa de consciencia, parecían mirar para dentro"

Se escapa del manicomio el primer día a pesar de las dos comadres que la cuidan. Al día siguiente por la tarde la encuentran extenuada junto al río. La trasladan al hospital de Medina del Campo al cuidado ahora de dos loqueros y una comadre por cuarenta y cinco reales diarios.

CS echa de menos a Teo a pesar de que últimamente no significaba mucho para él. Un correo de Burgos vuelve a sacarlo de la postración. Hace un viaje a la ciudad castellana en su nuevo caballo Pis Pas con el fin de conocer al nuevo Maluenda. Ciriaco se hace cargo del negocio de la lana por muerte de Gonzalo de un tabardete fulminante. Una galera armada protege ahora la flotilla de la lana. Como consecuencia de la seguridad las exportaciones experimentan un aumento, pero sólo hasta el 50% del volumen de antes de la manufactura de los zamarros. CS visita a Teo cuando las tareas se lo permiten. Ella, lejos de mejorar, empeora con cada visita. Anestesiada con filonio romano,  no le reconoce. No habla ni come, pero no sufre. Según le confiesan los cuidadores, vive como anestesiada. CS les da una suculenta propina cada vez que la visita , para que la cuiden con cariño y le arranquen una sonrisa de vez en cuando.

Las tardes las dedica a los Cazalla. Todos estaban preocupados por lo que CS les había contado sobre la reunión de Aldea del Palo. El doctor le escribe una carta a Padilla instándole a ser prudente. Los incidentes no deben producirse de nuevo. Considera a CS su asistente. Le causa comezón el aislamiento en que se encuentran. Hace tiempo que no tienen noticias de la marcha de la Reforma en Alemania. Le interesa saber qué piensa Melanchton, sucesor de Lutero. Agustín Cazalla le sugiere que visite a Ana Enríquez, la mujer que le había robado la devoción en el conventículo de los sacramentos. Así lo hace CS a instancias del doctor en una casa en la junta de los dos ríos. Se siente cautivado por la elegancia y verbosidad, impropias de sus veinte años exultantes. Le habla de Carlos de Seso al que califica de embaucador de Beatriz.



 
"Nunca habían pasado por el aislamineto que ahora sufrían, sin libros, apoyos, ni noticias de Alemania" 

Melanchton de Lucas Cranach

Camino de Pedrosa observa cómo su nuevo caballo es más nervioso que Relámpago. Se va adaptando a él poco a poco. En el pueblo es testigo del crecimiento del grupo alrededor del párroco y de su hermana con sus vecinos. Carlos de Seso le comunica en Toro que el Catecismo de Bartolomé Carranza se estaba expandiendo en el Norte. De vuelta pasa por Medina para visitar a Teo. La encuentra desmejorada, como ausente. Él se siente culpable de haberla arrancado de su medio. Una vez en Valladolid va a la iglesia de San Benito. Pide perdón por su egoísmo, por la destrucción de su mujer. Siente a Cristo a su lado. Ante la imposibilidad de rehacer lo mal hecho,  hace voto de pobreza y castidad: promete repartir toda su riqueza entre los que le ayudaron a conseguirla y hace votos de no volver a tener contacto carnal. A la mañana siguiente recibe un correo de Medina en el que le comunican la muerte de su mujer.

"Bajo el tejado de cristal
duermen el odio y la pasión
sueños de Gloria y de poder
calman su gris desolación.

Tristeza de amor
un juego cruel
jugando a ganar
has vuelto a perder
"


Hilario Camacho





Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

martes, 15 de febrero de 2011

Habla popular de Lumbrales (73)

Ya nadie atranca ni barre la puerta de casa. Nada queda que guardar.


Escobas: Retamas. Un escobar es un lugar donde hay escobas en abundancia. Ir a arrancar escobas era algo que te mandaban cuando no había otra cosa mejor que hacer. Si te mandaban el día después de las fiestas, había que ir con el botijo bien lleno y buscar una buena sombra para pasar el mal cuerpo con el menor perjuicio posible. Las escobas eran, y aún lo son, muy útiles porque, además del uso extendido como el combustible necesario para prender la lumbre, se utilizaban para asentar las tejas de los tejados sobre ellas y para cocer las tejas en el horno del tejar.
Justificar a ambos ladosDRAE: Retama de escobas: 1. f. Mata de la familia de las Papilionáceas, de doce a catorce decímetros de altura, con ramas espesas, asurcadas, verdes y lampiñas, hojas pequeñas, partidas en tres gajos, flores grandes, amarillas, solitarias o apareadas, y fruto de vaina ancha, muy aplastada y con varias semillas. Es abundante en España y se emplea en hacer escobas y como combustible ligero.
DCT: Mata leñosa de unos dos metros de altura, de ramas angulosas y verdes y hojas inferiores divididas y sentadas las superiores. Sus flores son amarillas o blancas.
Observ. : se usa para hacer escobas de barrer. Cytisus scoparius.
BDE: Hacia 1400. Del latín SCOPA, primitivamente SCOPAE “briznas”.

Escoger (frejones, garbanzos): Limpiarlos de piedrecitas u objetos extraños antes de echarlos en remojo.
DRAE: tr. Tomar o elegir una o más cosas o personas entre otras.
No está en el DCT.
BDE: Hacia 1140; el prefijo es- conserva ahí la fuerza del latín EX: escoger fue primitivamente “coger de entre varios”.

Escogincioso: Exigente, melindroso, que no le gusta comer casi nada.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Escolumbiar: Columpiar. ”No quiero que me escolumbies tú que me das muy fuerte y me vas a caer.”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Escorreduras: Escurritajas, últimas gotas de un liquido que quedan en un recipiente después de haber vaciado el contenido. Se usaba sobre todo al medir la leche“Siempre se queda con las escorreduras del cuartillo, nunca acaba de vaciarlo todo”.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Escotero: Libre de carga o ropa. “¿Ónde vas tan escotero?”
DRAE: 1. adj. Que camina a la ligera, sin llevar carga que le estorbe.
No está en el DCT.

Escotorinar: Quitar la parte superior de algo, como al arrastrar. “Cuando se va a arrastrar se escotorina el surco pa que nazca mejor.”
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Escuadramijar: Romper algo, desbaratar al caerse o hacer presión sobre ello.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Escuajaringar (se): 1.- Mondarse de risa. 2.- Romperse.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Escular(se): 1.- Cuando la navaja es vieja, el corte se le va para atrás. 2.- Cuando el carro no tiene la carga bien equilibrada se empina y se puede caer por la parte de atrás.
No está en el DRAE.
DCT: Romperse el haz por estar mal atado o porque se ha caído al estar el carro cargado en exceso.

Escupiña: Escupitajo, Salivazo. También la saliva que sale involuntariamente al hablar.
No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: Mismo significado.

Escurritajas: Escorreduras. Lo último que queda del contenido de una botella.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

El color verde aceituna en algunas palabras o expresiones indica que son de reciente incorporación, posterior a Mayo de 2007.

Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.


Las dos primeras fotos son de Jaime Grandes. La del parque con nieve, de R. Chico. La del carro de la página de Ricardo

domingo, 13 de febrero de 2011

Fulgor , rebeldía y caída de Rodrigo Gorostiza.




 
La fiesta de los locos


LA CIUDAD DEL GRAN REY. OSCAR ESQUIVIAS

II.- LA PRIMERA SALIDA


Esquivias abre el capítulo con una descripción de la visión de Burgos desde el blocao. Se trata de un ático en el centro de la ciudad en el que se junta el grueso de la expedición para defenderse del medio hostil. Como si el autor quisiera cerciorarse de que el espacio donde ocurren las cosas más extrañas y disparatadas que imaginarse puedan es reconocible. Los que sufren transformación son los personajes que pululan, como almas en pena, por los mismos lugares de los que proceden. Las cosas nunca parecen mejorar en el blocao. Descorazona pensar que todo cambio es a peor.

Paisán ha intentado distribuir el trabajo entre la tropa para que no cunda el desánimo, para dar la sensación de hacer algo útil con el fin de que la desidia y el abandono no les invada. Poco más podían hacer en un sitio tan reducido las veintiséis personas, quince militares y once civiles, que allí se reúnen. Paisán se encierra en el despacho y mecanografía el diario. Escribe una carta a Cabanellas. La envía por una paloma mensajera. Considera esta actividad esencial para que los soldados comprendan que no están incomunicados y mantengan la moral. La organización es militar: la aguada diaria, el abastecimiento, el racionamiento, el merodeo de los alrededores en busca de comida requiere disciplina militar para llevarla a cabo. Todos estos conceptos y vocabulario recuerdan a los relatos de la Guerra de África de Arturo Barea y otros.



La avaricia

Continuamos con la trayectoria de Rodrigo Gorostiza en este segundo capítulo. Su juventud y apariencia le proporcionan un éxito que para sí mismos quisieran muchos de los otros expedicionarios, aunque al final su rebeldía y las tortugas explosivas le jueguen una mala pasada. Asistimos también a su despertar a la sexualidad. Un correo le entrega un paquete con comida y un mensaje en el interior del higúmeno Teódulo. El maestro Ventura le dice que es un afortunado, le enseñará zarzuela que es lo que les gusta a los polillas. En el Teatro Principal tiene una actuación junto a Gunfrunila Gunfrun. Un recital en beneficio del Rombo Altruista. Acude lo mejor de la sociedad con el portaproserpinas bien repleto. Va tan embutido en unos pantalones de un par de tallas menos que va marcando “topaunlao” como los toreros. No se sabe la partitura y se muestra reacio a tocar en esas condiciones. Cuanto peor suene, más aplauden – le animan -.

La actuación constituyó un gran éxito para La Millonetis y para él. La gente se quedó dormida y les desvalijaron en el patio de butacas. Beatriz recibe un ramo de flores de calabacín que ella recibe entusiasmada. Él le dio un beso a un joven guapo que estaba en la primera fila, pero se arrepiente rápidamente.


"Los carteros tienen fama de honrados, pero también brilla en ellos la virtud de la paciencia"

Gorostiza recibe con indiferencia al maestro Ventura y el saquito de dientes ganado en la exitosa actuación. Le comenta que nunca se habían visto tantos zapatos sobre el aire en la ciudad. Rodrigo se niega a vestirse de faquir con el ombligo al aire para actuar en casa de una familia pudiente. Se desfoga golpeando un saco de paja que ha puesto en un rincón del almacén. Como sabe que a Ventura le gusta, se desnuda el torso como los boxeadores. El maestro teme que se lastime las manos y no pueda tocar.

Un suceso de ausencia prolongada de luz sume al seminarista en la desesperación. Combate el intenso frío con una montaña de mantas. Intenta matar el aburrimiento masturbándose. Sólo pide luz y un libro.


Lujuria
Cuando despierta ya hay luz. Sale a comprar libros. Había visto librerías en sus paseos por la ciudad con el carro de Beatriz. Entra en “Íncubos de Yago Pérez”. Se gana una reprimenda del librero y la expulsión a cajas destempladas del local por leer en voz alta un trozo del libro. En esta ciudad lo que se lee en voz alta se queda definitivamente escrito en los libros lo cual estropea la mercancía. Sale de la librería junto a Nadir Corbí, poeta que quiere publicar un libro escrito con esperma. Gracias a su guía llegan al almacén vacío. Rodrigo y Nadir se aparean con urgencia. Con gestos aprendidos se vaciaron uno sobre el otro. Éste se marcha sin darle ni un beso de despedida, no le convenía a ninguno de los dos.

Rodrigo sigue con su negativa a vestirse de faquir. Se escapa del almacén. Ventura corre detrás de él con el carro del piano. El no quiere ser esclavo, siente que lo están explotando. Ventura le advierte de que aquí la rebeldía no sirve más que para amanecer cosido a navajazos. Todo el mundo se esconde del peligro de las tortugas. Garrús también lo hace. El sargento Garachana y el cabo Galaz le reconocen. Rodrigo sabe que las tortugas muerden, pero no que exploten como le explotó una que le destroza el rostro. Los militares lo suben a un carretillo cuando ya unos habían empezado con la tarea de arrancarle los dientes como si fuera cadáver. Escapan de allí.

A merced del sargento y del cabo entran en una casa de baños. Le curan como pueden porque allí no hay nada útil. A la mañana siguiente tienen que salir por una ventana para no ser descubiertos. Se meten en una sociedad deportiva de gente importante. Aquí lo curan con el material bien surtido del botiquín. Ventura da con ellos y organizan las cosas para llevar a Rodrigo al blocao y que el doctor Albiñana le cure. Lo opera a dolor vivo como puede y le dice que después de todo ha tenido suerte; en dos o tres semanas estará restablecido.


"Quando for grande vou ser
quero ser um realejo
ter um pedaço de terra
fogo que salta ao braseiro
dormir no fundo da serra
quero ser um realejo"
Joao Afonso





Los grabados B/N son de Brueghel el Viejo


Este comentario pertenece al club de lectura sobre la trilogía de Oscar Esquivias, basada en la Guerra Civil, que dirige desde La Acequia, Pedro Ojeda Escudero.