La contemplación del Duomo y la amplitud de la plaza sobrecoge el ánimo. La fachada es una escultura inmensa que se alza al cielo de la Lombardía.
El edificio inmenso de la estación de tren recibe a los visitantes de la ciudad entre expresiones de admiración. La magnitud de Milán y las distancias de la gran ciudad aconsejan tomar transportes públicos para moverse por ella.
La moderación de la fachada de La Scala contrasta con el gran Leonardo que parece observar el teatro desde su pedestal en mitad de la plaza. Enfrente están las arcadas de la lujosa Galleria Vittorio Emanuele II
La austeridad de la basílica de San Ambrogio.
Las calles comerciales repletas de compradores y observadores en la ciudad asociada a los más famosos diseñadores italianos.
La Vía Dante es una calle peatonal que se abre a una plaza en la que destaca el monumento dedicado a Garibaldi con el Castillo Sforzesco al fondo, haciéndole la cobertura.
Puerta esculpida del Duomo.