martes, 31 de enero de 2012

Habla popular de Lumbrales (114)

Las aguas del río Camaces borran el perfil de las piedras a su paso por Las Merchanas



¡Pitas, pitas!: Voz repetida que se utiliza para llamar a las gallinas.
DRAE: mismo significado.
DCT: mismo significado.
BDE: origen incierto. Si es de procedencia americana (lo cual no puede asegurarse) es más probable que venga de las Antillas que de Méjico o del Perú.

Dibujo de aquí



Pitera:
Herida en la cabeza. Brecha hecha normalmente por una pedrada.

No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: Herida o brecha.



Pítima: Borrachera."Se lleva pa casa una buena pítima".
DRAE: mismo significado.
No está en el DCT.
BDE: Viene de Bizma. Bilma y pítima son otras formas de la misma palabra “cataplasma”, principios del S. XVII (hoy en la ac. Secundaria “borrachera”, 1843), tomada ésta por conducto del italiano.

El dibujo es de aquí



Pitón (sacar):
Pasarse de la raya en los juegos en los que hay que lanzar algo. Por ejemplo: los bolos, las piezas o las canicas. “Vuelve a tirar y no saques pitón”.

No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT con esta acepción.
BDE: En la acepción de “pitorro”, “cuerno que empieza a salir”, 1604.

Pitorra: 1.- Vaca cornialta. 2.- Excremento humano.
No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: Cuerno del ganado vacuno cuando empieza a apuntar.

Pitos (tocar los): Hacer sonar los dedos de las manos al bailar la jota, o también unas pequeñas castañuelas.
No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: 2.- Castañuela.
BDE: 1490, onomatopeya del silbido.

Platao: Toda la comida que cabe en un plato. “Se comió todo ese platao de tajás y todavía no se templó”.
DRAE: 1. m. C. Rica. Contenido de un plato.
No está en el DCT.



Podona: Podadera de mango corto.
No está en el DRAE.
DCT: Herramienta para podar con dos bocas, una en forma de hacha y la otra en forma de cuchillo.
BDE: Podón, hacia 1600.






Podre:
Podrido, pocho.

DRAE: 1. f. Putrefacción de algunas cosas.
DCT: mismo significado.
BDE: hacia 1335, del latín PUTER,-TRIS, “podrido”.

Polvorina: Remolino o pequeño tornado, que arrastra polvo, hierbas y tamo. Suele producirse en verano.
No está en el DRAE.
DCT: Viento racheado, molesto.



Ponte, ponte: Voz repetida. Orden que se le da a la pareja de mulos o de burros para engancharla. Si ellos están enseñados, obedecen poniéndose en el sitio.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.



Pontones:
Piedras hincadas en los arroyos o regatos para pasar al otro lado saltando por ellas. “No pudimos pasar el regato, el agua tapaba los pontones”.

No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: Puente formado por maderos o por una sola tabla para atravesar pequeños arroyos o regatos.
BDE: 1146, del latín PONTO, -ONIS, “barca de paso empleada donde no hay puente”.


Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.



domingo, 29 de enero de 2012

Ruta del Hereje

La novela es un homenaje de Miguel Delibes a su ciudad.



Una niebla espesa que se atrapa con la mano oculta la llanura castellana al otro lado de las lunas del autobús que nos lleva a Valladolid. Echa un telón de ceniza que hace invisible el templo del bricolaje moderno a la entrada de la capital. Con lo que eso duele. Porque eso debe ser el Ikea: una nueva meca de peregrinaje a la caza del mueble a medio hacer, o termínelo usted mismo en casa.


Desde esta ventana sacaron a Felipe II y a Cipriano Salcedo para su bautismo en San Pablo.

Esta vez nos convoca Miguel Delibes (1920-2010), su postrera y mejor novela: El Hereje. La guía, Inés, nos espera en la Plaza de San Pablo para recorrer las placas de bronce adosadas a las paredes de los edificios que señalan los lugares por los que discurre la trama de la novela. Con la niebla metida hasta los huesos, hicimos el recorrido musealizado como si fueran las estaciones del Vía Crucis de Cipriano Salcedo, haciendo verdad el dicho de que los libros tienen vida si nos acercamos a ellos dejándonos sorprender por lo que narran, con la capacidad de sorpresa de un niño. Son como las leyendas antiguas que nutren la imaginación de los lectores.

La Ruta del Hereje comienza en la Iglesia de San Pablo cuya pila bautismal compartieron infantes y príncipes ( de la talla de Felipe II) con Cipriano Salcedo. Éste nació el mismo día en que Lutero clavó sus tesis protestantes en la puerta de la catedral de Wittenberg, presagio de los caminos por los que su vida iba a transitar.



Según nos iba explicando la guía, a principios del XVI, coincidiendo con el periodo en el que Valladolid fue Corte, había unos trescientos palacios en la ciudad de los que se conservan apenas unas decenas. Las alumnas seguían con atención y frío las explicaciones, con más aprovechamiento, las que habían leído la novela con antelación.

Así llegamos a la cuadrada Plaza Mayor, primera de España y lugar en el que se montó el estarivel para el Auto de Fe el 21 de mayo de 1559. Al mismo tiempo, unos tímidos rayos de sol pugnaban por abrirse paso entre la niebla que se va arregazando, cuando ya Cipriano- montado en un burro- se dirige al quemadero del Campo Grande.



Los alumnos seguían con atención las explicaciones adaptadas de la guía. Se prepara el alboroto cuando se le ocurre mentar a la plaza de Toro como la más antigua de España. Vale que ahora haya autores empeñados en desmontar la leyenda de los Hombres de Musgo bejaranos, pero lo que no podían ellas esperar es que alguien intentara también quitarle los honores de ancianidad a su coqueta plaza de toros encaramada en lo alto del Castañar. De uñas se pusieron las bejaranas en defensa de la senectud del coso de “La Ancianita”. Como debe ser.



Ya de tarde teníamos cita en el moderno Museo de la Ciencia, a un costado del río, para visitar una exposición tan didáctica como bien explicada sobre la electricidad. El largo y complejo viaje desde su generación en una central eléctrica, nuclear, térmica o renovable hasta la bombilla iluminada, respondiendo al gesto cotidiano de darle al interruptor. Después la vuelta a casa, desandar el camino. No querían perderse el partido de fútbol -los más jóvenes sobre todo- que volvía a enfrentar al Real Madrid y al Barcelona.

Placas que marcan distintos momentos del Hereje por las calles de Valladolid:


















jueves, 26 de enero de 2012

¿A quién puede importar?

"Sobre la playa de dorada arena morían mansas las olas"


SONATA DE PRIMAVERA.
MEMORIAS DEL MARQUÉS DE BRADOMÍN (2) - VALLE-INCLÁN

Bradomín duerme hasta el atardecer y sueña con María Rosario. Mientras el sol vencido busca su tumba de agua en el ámbar del horizonte del mar Tirreno, las olas mueren mansas sobre la playa de arena dorada. En el jardín de mirtos y laureles vestidos de frondosa y verde primavera, las cinco hermanas componen ramos de rosas recién cortadas. Las campanas de una iglesia, rodeada por venerables cipreses que se perfilan como sombras en lo alto de una colina, repican a fiesta. A no mucho tardar, tornarán al ritmo mortecino y grave que convoca a los aún vivos a honrar a sus muertos.



"La iglesia se perfilaba a lo lejos en lo alto de una colina verde, rodeada de cipreses"

Monseñor Antonelli saluda al Marqués con el atractivo y elegancia de los jóvenes cardenales romanos. Al caer el sol, una temblorosa y misteriosa calma precede al anuncio de la defunción de Monseñor Gaetani; al tiempo que “temblaba en las agujas el hilo de oro y bajo los dedos de las cinco doncellas nacían las rosas y los lirios de la flora celeste que puebla los paños sagrados” y en la mejilla de María Rosario “temblaba la sombra de sus pestañas”. Bradomín le ofrece ayuda para acostar a su hermana pequeña, María Nieves, pero él siente el desdén en su mirada y siente también celos rabiosos de un competidor, un Don Juan tonsurado, el Colegial Mayor, porque sus palabras “producen un murmullo de admiración entre las señoras”.



"Sobre el hombro de María Rosario estaba posada una paloma y en aquel cándido suceso yo hallé la gracia y el misterio de una alegoría"

A instancias del Colegial Mayor se retira a la biblioteca a escribir un correo a Su Santidad. Acosado por el misterio y las sombras que llenan la estancia, se siente incapaz de escribir ni un renglón. La imagen de María Rosario en el velatorio de Monseñor y el olor helado de la cera quemada le golpea las sienes. En el pasillo le confiesa su adoración, pero ella lo rechaza. Velan al cardenal hasta el amanecer, cumpliendo con el rito tradicional de no abandonar al muerto mientras esté en el mundo de los vivos. Se habla y se reza – una noche da mucho de sí- como es tradición en todos los velatorios: fiesta y letanías. Los temas de conversación son los tiempos de Napoleón y las antiguas modas femeninas.

Bradomín escribe un correo al Cardenal Camarlengo de Su Santidad en esta hora de monótona tristeza. Todas las campanas de Ligura tocan a muerto y el Marqués regresa al oratorio casi al amanecer. Oye misa junto a María Rosario, reza porque es lo único que todo el mundo parece querer hacer en aquella hora en la ciudad y le ofrece agua bendita.

Cuatro colegiales mayores sacan a hombros el féretro del Cardenal. El duelo acompaña en procesión a través de las calles de la ciudad. El ritmo solemne del repique de las campanas de todas las iglesias y las voces graves y varoniles de los clérigos que entonan severos misereres marcan el paso lento de la comitiva, encabezada por los pendones que tremolan al viento y brillan al “sol abrileño, joven y rubio como un mancebo”. “Los cirios lloraban gota a gota su cera amarilla”. “Cayó la losa encima” y la iglesia se vació de gente y se fue llenando de la soledad y del silencio que acompañan a los sepulcros de los muertos.



"El son de las campanas llenaba el aire, y el grave cántico de los clérigos parecía reposar en la tierra, donde todo es polvo y podredumbre"

María Rosario parece una doncella de soberana hermosura en medio de los desheredados de la tierra: “Sórdida corte de mendigos” que arrastrándose piden limosna y dan las gracias dejando ver sus bocas desdentadas, ennegrecidas y tristes. Cortejo de ciegos enlutados, niños huérfanos y viejos de luenga barba.

Bradomín
confiesa con los ojos áridos, casi ciegos, que María Rosario fue el único amor de su larga vida de Don Juan.



"Y, si a mi tumba, os acercáis de visita,
el día de mi cumpleaños,
y no os atiendo, esperadme, en la salita,
hasta que vuelva del baño.
¿A quién le puede importar,
después de muerto, que uno tenga sus vicios…?
el día del juicio final
puede que Dios sea mi abogado de oficio"
Joaquín Sabina




Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde
La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.


martes, 24 de enero de 2012

Habla popular de Lumbrales (113)


Cañizo que tapa un portillo de entrada a una finca.



Pinote (estar de): Expresión coloquial que significa estar de pie. “Me ha tocado estar de pinote toda la función”.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Pinta (Echar una): 1.- Trago corto de vino o aguardiente.”Vente pa´ca que echamos una pinta”. 2.- Te pinta: Te lo mereces. “Eso te pinta, por no hacerme caso”. 3.- Fisonomía. “Se saca por la pinta que son hermanos, son clavaítos”. 4.- Golfo, granuja, sinverguenza. “Está hecho un buen pinta”.
DRAE: 2. f. Antigua medida de capacidad para líquidos, equivalente a media azumbre escasa en algunas regiones de España.
DCT: Cantidad muy pequeña de algo.
BDE: (medida de líquidos), 1607. Probablemente del francés pinte, S. XIII, de origen incierto.

Pinto, pinto: Se juega con los niños pequeños. Consiste en sentar al niño sobre las piernas y agarrarse mutuamente de las orejas mientras se recita:
Pinto pinto, gorgorito,
Vendió las vacas a veinticinco,
¿En qué lugar?
En Portugal.
¿En qué calleja?
En la moraleja.
Agárrete pinto de las mis orejas.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.
BDE: “pintado, manchado”, mediados del S. XV.

Pinzón: Pedúnculo de cualquier fruta.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.
BDE: (pájaro) 1737. (pinchón, 1607). Voz común a muchas lenguas romances (fr. Pinson, italiano pincione, etc. ), célticas, germánicas, eslavas y otras. Tendría en latín vulgar la forma PINCIO –ONIS, y hubo de formarse con la onomatopeya pink, imitativa del canto de este pájaro.



Piona: Trompo o peonza. Las mejores eran las de madera de encina y pico de mesa. Las que tenían el pico de garbanzo o de lanceta eran menos valoradas. De niño se jugaba a una cosa u otra por temporadas. Nunca supe quién era el que decidía si era el tiempo de jugar a las picochas, a las bolas, a las piezas, al salto la pavona, a las cartas, (santos de las cajas de cerillas) al mide o a los empujones.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.




Pipajo:
El que bebe mucha agua y atragalladamente.

No está en el DRAE.
No está en el DCT.



Pipis, pipis: Voz repetida, usada para llamar a las gallinas. Similar a ¡pitas pitas!
No está en el DRAE.
DCT: mismo significado.






Pirindola: Perinola. Peonza pequeña que se baila con los dedos.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.
BDE: perinola: 1626, forma primitiva pirinola. Voz de creación expresiva, comparable al aragonés pirulo y al italiano dialectal pirlo, birlo, (de la misma raíz que brillare). A la misma raíz pertenece también el fr. Pirouette, 1510, “perinola” y después “cabriola”, de donde el castellano pirueta, fin S. XVIII.



Pirulo, pirolo:
Marimacho, muchacha a la que le gusta vestirse y jugar a los juegos de los niños varones: “Es como un macho pirulo, todo el día jugando a la pelota con los muchachos”. Hay un chascarrillo que dice:

Manolo, pirolo
Mató a su mujer
La hizo cachitos
Y la fue a vender.
No está en el DRAE con esta acepción.
DCT: Se aplica familiarmente a quien es tonto o abulto.

Pisar: Exprimir la uva en la lagareta para sacarle el mosto. Primero se hace a pie y después se echa en una especie de cajón circular de madera al que se le carga la piedra gorda y la viga para terminar de exprimir los racimos de uvas completamente.
DRAE: 2. tr. Apretar o estrujar algo con los pies o a golpe de pisón o maza. Pisar la tierra, los paños, las uvas.
DCT: mismo significado.
BDE: 1220-50. Del latín vulgar PINSARE, variante del clásico PINSERE “majar, machacar”.



Pisco: Trozo pequeño de cualquier cosa. “Tengo sembrao un pisco de herrén en el corral del Pozo la Gallega.”
DRAE: 2. m. despect. Col. Individuo de poca o ninguna importancia.
No está en el DCT.




Pisonero:
Persona que atendía el batán.

No está en el DRAE.
DCT: mismo significado.


El color verde aceituna en algunas palabras o expresiones indica que son de reciente incorporación, posterior a Mayo de 2007.

Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.

domingo, 22 de enero de 2012

Ribera del río

Anteayer

Esta zona del rio se llamaba la Ribera de Curtidores, ya que aquí se levantaban los talleres de una profesión que tuvo gran importancia desde la Edad Media. En la foto todavía se pueden observar los edificios hoy desaparecidos. El teso más cercano, del que parece surgir la torre de la catedral se le llama la Peña Celestina.


Ayer. 1991


Hoy (verano)


Hoy (Invierno)


(Continuación)
Asiento de picardía es Salamanca, pero de picardía moza. Fama de amadores, más que de bachilleres, tienen sus estudiantes. El siglo de oro de la escuela llegó a nosotros, no sólo por los peregrinos argumentos de sus lectores, sino también por el estruendo de risas alocadas que aturden sus patios. La ciencia salmantina es una ciencia de muchachez. Don Diego de Torres de Villarroel tiene bastante con las diabluras de su astrología judiciaria para sentar fama de docto, y en su aturdimiento, sóbrale el enredo de hurtar un libraco a un doctorcillo para que éste permanezca silencioso y turulato. Fray Luis no cuenta con la muchachería y es derribado por su alejamiento. Unamuno se sostiene en ella durante las horas amargas de su rectorado. Hay una brisa de juventud que orea Salamanca, desde Sancti Spíritus hasta San Francisco, desde la puerta de Zamora hasta el puente Romano. Y esa brisa, ese perfume, ese airecillo penetrante de juventud, es el secreto de sus piedras de oro.


Que nos hablen calladamente al espíritu esta noche. La bella noche otoñal envuelve en su regazo el silencio de Salamanca, silencio de sueño contenido, de mocedad que espera, de anhelo insatisfecho que tiene su premio en el porvenir. Otras poblaciones castellanas, Zamora con sus arcos rotos, con sus murallas desconchadas; Toro, con su soledad y su tristeza; León, con su pátina de vejez y de abandono, nos hablan de austeridad, de pobreza, de tragedia que ha muerto para siempre en la historia. Los patios góticos de Salamanca, sus rejas, los primores y acicalamientos de sus piedras, resumen entusiasmo y brío juveniles. Se dijera que su historia se está tejiendo continuamente por los muchachos que antes graban a navaja el nombre de sus novias en los bancos de las clases que escriben la reflexión aguda al margen de la lección del texto. Quítesele a Salamanca su apodo de doctora, que es y será continuamente moza. Los estudiantes dan el tono a la ciudad y apenas tienen otra ciencia que la de los madrigales y sonetos, ciencia que si no convence, consuela al menos de haber nacido.


José Sánchez Rojas

Salamanca. Septiembre 1912

jueves, 19 de enero de 2012

Tan joven y tan viejo... like a Rolling Stone.


"La reciente impresión de tus triunfos... Prescindo
de más detalles, para explicarte por eso
como autumnal te envío este ramo de rosas".
Rubén Darío


SONATA DE PRIMAVERA.
MEMORIAS DEL MARQUÉS DE BRADOMÍN (1) - VALLE-INCLÁN

En un otoño frío, Rubén Darío envía un ramo de rosas al Marqués de Bradomín viajero desde Versalles doliente. En un claro ejemplo de la influencia del retorno americano, Valle-Inclán recoge el guante del nicaragüense universal y prosigue con las memorias del marqués carlista, gallego y cosmopolita. Nos traslada de la remota selva lujuriosa a la más identificable campiña “llena de misterio y rumores lejanos” al anochecer. Los cascabeles de las mulas que tiran del carruaje despiertan un eco en la campiña poblada de olivos y “antiguos sepulcros orillaban el camino y mustios cipreses dejaban caer sobre ellos su sombra venerable”.


“antiguos sepulcros orillaban el camino y mustios cipreses dejaban caer sobre ellos su sombra venerable”.

La noche se nos echa encima en la vieja Europa. Todo parece indicar que nos hallamos en Italia porque Puerta Salaria nos suena a Imperio Romano. Llegan a la piadosa y almenada ciudad de Ligura con el canto del gallo. Bradomín también cuenta con linaje italiano. Es Bibiana di Rienzo. El Santo Padre le ha encomendado el transporte del capello cardenalicio para el obispo Gaetani que se muere en casa de una hermana. La Princesa Gaetani, dama española y viuda del difunto hermano de monseñor, tiene cinco hijas, como cinco soles, entre los cinco y los veinte años de edad. La mayor, María Rosario, es la única de ojos negros, el resto los tiene dorados como su madre. La Princesa se une al cortejo del viático. Todas juntas arrodilladas se unen en oración. Aún conserva en su porte el antiguo esplendor de su pasada juventud. Tiene “dorados los ojos y dorado el cabello” y la misma boca muy roja que Rubens le había pintado en el lienzo a María de Médicis. Hablan y recuerdan cuando él, de pequeño, se adormecía en su regazo. “Siempre he creído que la bondad de las mujeres es todavía más efímera que su hermosura”. Pensó para sí mismo el Marqués, empeñado en “hacer amigos” entre el género femenino.


"Aquella princesa Gaetani me recordaba el retrato de María de Médicis, pintado cuando sus bodas con el Rey de Francia por Pedro Pablo Rubens".

Bradomín cree ver una llama de fanatismo trágico y sombrío en el fondo dorado de los ojos de la Princesa cuando ésta le informa de que María Rosario- en unos días- profesará en un convento. Saber que allí estará libre de las tentaciones del mundo compensará con creces, a sus ojos dorados, de una separación tan cruel como la muerte.

El monseñor postrado en cama le recibe con ojos vidriosos y moribundos, incapaz ya de hacer el gesto de la bendición con su mano derecha. Le balbucea que exprese a Su Santidad el testimonio de su gratitud. Cercado por las sombras de la eternidad acierta a confesar que “los honores, las grandezas, las jerarquías, todo cuanto ambicioné durante mi vida, en este momento se esparce como vana ceniza ante mis ojos de moribundo”. Dando así forma al disparate de hacer de Bradomín un irreverente confesor de obispos, poco importa que sea por delegación. Escucha los escrúpulos de un prelado que pide en sus oraciones por la conservación de la vida del Pontífice para verse así libre del peso de la púrpura del pastor supremo de almas.

Al abandonar la estancia del obispo agonizante, Bradomín confiesa a un mayordomo que prefiere para hospedarse el palacio de las cinco doncellas encantadas al Colegio Clementino de graves teólogos, nada le importa el olor a muerte ni que tengan la mortaja del obispo preparada.

Valle ha creado una atmósfera, un tono fúnebre de muerte y seriedad se ha filtrado en el palacio. Ha impregnado las estancias de gravedad y de sombras agónicas. Le costará desprenderse de ese aroma oscuro y opresivo de cámara mortuoria en la primavera de los amores.


"¡Yo los creo del Divino!
-¿Quién es el Divino?"

El mayordomo, Polonio, le guía a su cuarto y le muestra los lienzos colgados en las paredes de su habitación honda y oscura. Y cree poner en evidencia los conocimientos pictóricos del Marqués que simula desconocer al Divino Leonardo y le compadece; mientras tanto, Bradomín apenas puede disimular la sonrisa burlona que se le dibuja en sus labios.



"Así que de momento, nada de adiós muchachos.
Me duermo en los entierros de mi generación.
Cada noche me invento.
Todavía me emborracho.
Tan joven y tan viejo... like a Rolling Stone."
Joaquín Sabina



Este comentario pertenece al grupo de lectura colectiva que desde La Acequia coordina y dirige su autor, el profesor Pedro Ojeda Escudero.

martes, 17 de enero de 2012

Habla popular de Lumbrales (112)





Las paredes de piedra ceden con el tiempo, por el portillo dejan ver lo que esconden
con tanto celo de las miradas indiscretas.


Picos pardos (irse de):
Los picos pardos eran un remate que llevaban las mujeres públicas en su mantilla como norma obligatoria, de aquí que la expresión signifique ir donde hay estas mujeres.

DRAE: 1. loc. verb. coloq. Ir de juerga o diversión a sitios de mala nota.
No está en el DCT.
BDE: Pico: Según muestran el portugués y el asturiano bico y las formas análogas de muchos dialectos franceses, réticos y sardos, no se trata de un derivado del verbo picar, sino del celta BECCUS (de donde vienen el francés y el catalán bec, italiano becco), que en muchas partes sufrió el influjo creciente de aquel verbo, pasando primero a bico y luego a “pico”.

Piejo, piejoso: Piojo.
DRAE: 1. m. vulg. piojo.
DCT: mismo significado.
BDE: Piojo: 1251. Del latín vulgar PEDÚCULUS (clásico PEDÍCULUS, diminutivo de PEDIS.)




Pielgas: Palos horizontales o zapatas donde apoyan los cañizos, cuando no terminan en punta las pernillas.
DRAE: 1. f. Sal. Madero de unos 30 cm de largo y convenientemente horadado para que, al formar la corraliza, entren los cañizos enhiestos, que se atan por arriba con vilortas.
No está en el DCT.



Piezas (jugar a las):
Jugábamos con unas piedras llanas aparentes, que -más o menos- cabían en la mano. El juego consistía en tirar las piezas a un gua donde había unos santos de cajas de cerillas. Para que no fuera tan fácil sacar las cartas se le ponía encima otras piedras. El que conseguía sacarlas, las ganaba. A veces, en vez de gua, teníamos que sacarlas de un cuadro arrayao en el suelo.

No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT con esta acepción.
BDE: 973. Del celta PETTIA “pedazo”, bretón pez “trozo”, galés peth, irlandés antiguo cuit “parte”, “trozo de terreno”.







Pilancas: Especie de piletas que se forman en las peñas por la erosión.
No está en el DRAE.
No está en el DCT.







Pilfarse: Desear vehementemente una cosa, impacientarse. “Se pilfa por llegar a ser alcalde del pueblo”.
No está en el DRAE.
No está en el DCT con esta acepción.

Pillar (pescar) a correr: Emprender veloz carrera huyendo de algo o de alguien.”Pilla a correr que llegas tarde a la escuela”.
No está en el DRAE con esta acepción.
No está en el DCT.
BDE: palabra de historia oscura; en la acepción popular “coger”, 1604, y en la de “hurtar, robar”, 1609, parece haberse tomado del italiano pigliare “coger”, Voz ésta de origen incierto, probablemente de un latín vulgar PILIARE, sacado de la raíz del latín COMPILARE “despojar, saquear” (también EXPILARE Y PILARE, más raros).

Pineta: 1.- Vuelta que una persona mayor da a un niño. Éste coloca la cabeza entre las piernas de la persona mayor, pasa las manos bajo sus piernas y es cogido y puesto en pie por el mayor después de hacerle girar sobre sí mismo. 2.- Caída. "Allá fue dando pinetas y calabazones".
No está en el DRAE.
No está en el DCT.

Pinga: Gota (real o metafórica)"¡Trae el candil. No veo ni pinga!".
DRAE: 2. f. C. Rica. Poca cantidad de algo. Una pinga de sal.
No está en el DCT.

Pinganillo: Chorro de agua que cae del tejado y que se ha congelado.
DRAE: 1. m. Ast., León, Pal., Sal., Vall. y Zam. carámbano (‖ pedazo de hielo).
DCT: Carámbano de hielo.
BDE: “Calamoco”, 1605.

Pingar: 1.- Caer gotas. “Hay que ver como pingan los canales” 2.- Empaparse la ropa, mojarse. También es empapar el pan en el mojo o en la leche. “Pinga en el mojo”. “Sin paraguas, te vas a poner pingando.” 3.- Colgar. “Ese vestido te pinga por el lado de atrás, quítatelo que lo arregle”. 4.- "Poner a uno pingando" es cortarle un buen traje a base de críticas.
No está en el DRAE con la segunda acepción.
No está en el DCT con la primera y segunda acepción.
BDE: “Colgar”, del latín PENDICARE; de ahí “gotear, chorrear”.



El color verde aceituna en algunas palabras o expresiones indica que son de reciente incorporación, posterior a Mayo de 2007.
Abreviaturas utilizadas:
DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
DCT: Diccionario del Castellano Tradicional.
BDE: Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Coromina.

domingo, 15 de enero de 2012

Calle Zamora






Antier.
Excepto las caballerías y sus guías, el resto de la gente busca la acera sombría para caminar por la Calle Zamora arriba. 


Ayer. 1991
Cuando los coches, las aceras y el asfalto eran los amos de las calles.


Hoy.

Las calles peatonales han llenado las vías urbanas de granito, seña de identidad de las ciudades españolas en los años de la abundancia, maceteros gigantes en los que malviven árboles escuálidos, farolas como estorbos que rompen la crisma al paseante distraído y chirimbolos de todo tipo; pero también de gente despreocupada que ocupa todo el ancho de la calle porque la desaparición de las aceras quedará también como uno de los elementos distintivos de la época para los arqueólogos del futuro. En cierto sentido, hemos regresado a la ausencia de vehículos a motor del pasado, pero ausente para siempre aquel sabor añejo de la primera fotografía.


(CONTINUACIÓN)
"Como ellas saben el secreto de Salamanca y no son avaras de su saber, nos lo van transmitiendo esta noche alegremente, así que ponemos nuestro espíritu al contacto con el suyo, en el silencio.
La austeridad, la tristeza, el grave empaque, la pobreza rectilínea del razonamiento castellano, nada tiene que ver con estas piedras, que son versos blancos, floración del Renacimiento en la llanura, eco de Italia que no trajo sólo a Salamanca la ciencia de sus glosadores, sino la elegante sencillez de sus palacios y la ondulante gracia de las pláticas amorosas de sus damas y de sus cortesanos. Advertirlo bien. Cervantes viene a Salamanca y le enhechiza. Fray Luis, en el retiro de su quinta agustina de La Flecha, entre el estruendo de las murmuraciones del claustro murmurador que no le perdona su parentesco con Horacio, pulsa su lira pagana y elegante, con estrofas que estarían escritas en Florencia, si no fueran rimadas en Salamanca. Hurtado de Mendoza pone aquí sus pícaros. Sabe que el amor es ciencia de muchas caras, que los letrados pobretones justifican entre rosarios de argucias los achaques del hampa, que la ciudad del Tormes sabe más de picardías que de deberes. Torres y Villarroel sueña aquí todo linaje de enredos, discusiones y disparates. Unamuno, finalmente, en la soledad de su cuarto que parece una celda, empolla sus diabólicas paradojas en la ciudad tranquila, contagiado por el espíritu mozo que le envuelve y agita.
No. Salamanca no es ciudad de doctores, sino de muchachos. Es eternamente moza como sus estudiantes. Sus piedras incuban lentamente sueños de mocedad; están hechas para la confidencia y para el abandono. Notad que Salamanca es el pueblo de las rejas labradas y de los patios; que si sus doctores inician en la ciencia, sus mozas inician en el amor.

Pueblo de amor es Salamanca: contagiadas de muchachez están sus piedras doradas y nobles. Esta noche nos hablan ingenuamente. No en balde aprendió la nigromancia en las cuevas de San Ciprián Don Enrique de Villena. Nigromancia para quebrar sin peligros la honestidad de las doncellas, brujerías para que la dueña Celestina no meta en sus arcones sus ducados que tienen los estudiantes para sus francachelas, arte de magia para sonrosar el cutis, remozar el cuerpo, fortificar el brazo, gozar en toda sazón de garbo y apostura."(CONTINUARÁ)


José Sánchez Rojas

Salamanca. Septiembre 1912